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En 1937, Chi Pu Tei, profesor de arqueología en la Universidad de Beijing, dirigió una investigación arqueológica en una serie de cuevas interconectadas. En un informe indicaba que las "cuevas" podían haber sido labradas artificialmente, y más bien parecían un complejo sistema de túneles y almacenes subterráneos. Los muros eran cuadrados y vidriados, como si se hubieran excavado en la montaña con un foco de extremo calor. En el interior de las cuevas había varias tumbas antiguas, pero pulcramente dispuestas, y en ellas las osamentas de seres de unos 135 cm. de alto, con cabezas descomunales en relación a la delgada armazón. En las paredes de esta cueva se encontraron grabados pictogramas del sol, la luna, las estrellas y la Tierra, con líneas de puntos que los conectaban.

También descubrieron 716 discos de piedra descritos como " sin duda fabricados por la mano de una criatura inteligente ", con tamaños que iban desde los 20,38 cm. hasta los 30,48 cms. de diámetro, y unos 2 cm. de grosor. En el centro exacto había un agujero perfectamente redondo de 1,90 cm., y en su cara aparecía grabado un fino surco en espiral que partía del agujero central y luego regresaba al mismo, formando un doble surco. La datación los situó entre los 10.000 y los 12.000 años antes de Cristo, mucho más antiguos que las pirámides de Egipto según la datación oficial. Lo que resultó todavía más extraño fue que tras una inspección más minuciosa, la "espiral" no era en absoluto una muesca decorativa, sino una línea microscópica y continua de lo que parecía ser una escritura.

Nadie fue capaz de decodificar esta escritura hasta 1962, cuando el profesor Tsum Um Nui logró entender algunas secciones. Se dijo que el mensaje era tan sensacional que el Departamento de Prehistoria de la Academia de Beijing prohibió que se publicara su traducción. Según la traducción parcial, los Dzopa eran seres de otro planeta, que se estrellaron en las montañas de Baian Kara Ula hace 12.000 años, y trataron de adaptarse pacíficamente a la vida en la Tierra. Dado que su apariencia era tan diferente, y que no pertenecían a la zona, la tribu de los Ham dio caza a muchos de ellos y los mató. Algunos se las agenciaron para sobrevivir escondiéndose en cavernas de la zona. El profesor Nui publicó sus hallazgos y fue el hazmerreir de la comunidad de arqueólogos.

Los científicos rusos se interesaron en los discos, y los chinos servicialmente les enviaron algunos de los 716 discos a Moscú. En vez de verificar la traducción del texto del profesor Tsum Um Nui, realizaron análisis químicos de los discos, encontrando que contenían grandes proporciones de cobalto, que se extrae en la zona de Bayan Kara Ula. Saitsev dijo también que los científicos rusos, observando la similitud de los discos con los discos fonográficos de larga duración, colocaron uno en un "plato giratorio" especial, y lo "escucharon". Comentó que el disco emitía un extraño "hum", como si supuestamente contuviera un "circuito eléctrico" o hubiera "sido en alguna ocasión expuesto a un voltaje muy elevado".

En 1974, un ingeniero austríaco llamado Ernst Wegener se encontró con dos de los discos en el Museo Banpo de Xian, de un radio de 12 cm. y 5 cm. de grosor. El director del museo no pudo decirle nada acerca de los discos, que habían empezado a deteriorarse, pero le permitió tocar uno, y fotografiarlos. La foto que se adjunta es una de las que tomó.

Cuando Hartwig Hausdorf viajó a China en 1994, preguntó por las piedras, y le contestaron que habían desaparecido.

China publicó en 1995 el siguiente comunicado: " En la provincia de Sichuan, en el extremo este de las montañas Baian-Kara-Ula (frontera chino-tibetana), fueron descubiertos restos de 120 personas de una tribu hasta entonces no clasificada etnológicamente. El aspecto más importante de esta nueva tribu es la altura de los individuos: no más altos de 116 cm., midiendo el adulto más bajo sólo 63,5 cm. Este descubrimiento puede ser la primera evidencia física de la existencia de los Dropa/Dzopa, un pueblo cuyos predecesores se dice que procedían del espacio exterior .

" Todavía hoy, la aislada región está habitada por dos tribus de individuos que, de hecho, se autodenominan los Dropa y los Han. Los antropólogos han sido incapaces de categorizar cualquiera de las dos tribus en cualquiera de las otras razas conocidas, no son chinos ni tibetanos. Ambas tribus son de talla pigmea, y los pesos corporales oscilan entre los 14 y los 19 Kgrs.

" Son de piel amarilla, cuerpos delgados y cabezas desproporcionadamente grande, correspondiendo a los restos de esqueletos encontrados en las cavernas en 1938. Tienen escaso vello corporal y grandes ojos que no son de aspecto asiático ya que presentan llamativos iris de color azul pálido".

Los extraños discos de piedra de Baian-Kara-Ula

Desenterrados en una remota caverna de montaña en 1938, estos discos de piedra grabados desafiaron la traducción hasta 1962. Los investigadores declaran que los discos cuentan una sorprendente historia de visitantes alienígenas que sobrevivieron al aterrizaje forzoso de su nave en China, hace 12.000 años.

Philip Coppens

Justo antes de que estallase la segunda Guerra Mundial, unos arqueólogos chinos dieron con una cueva que contenía restos de pequeños esqueletos. Junto a los cuerpos encontraron discos de piedra que sólo fueron descifrados 20 años después. Parecían contar que una nave extraterrestre se había estrellado en la cadena de montañas de Baian-Kara-Ula hace 12.000 años. Los medios informativos occidentales trataron la noticia con la actitud habitual de "propaganda comunista, no creáis una palabra de ello". Pero Hartwig Hausdorf regresó recientemente a China con una diferente historia por contar. Los discos existen, y parecen realmente indicar que representantes de una raza alienígena con pasaje espacial visitó la zona de las montañas chinas en la antigüedad.

Las montañas de Baian-Kara-Ula, a lo largo de la frontera china-tibetana, empezaban lentamente a revelar sus secretos. Los científicos habían dado con una intrincada red de cuevas interconectadas. En una de ellas encontraron nichos pulcramente dispuestos de una raza que parecía de lo más peculiar, por no decir extraña: cuerpos pequeños, excepto por el cráneo, que era desproporcionadamente grande. Al principios los científicos creyeron que las cuevas habían sido el hábitat de unos monos, pero su director, el arqueólogo profesor Chi Pu Tei señaló que nunca había oído hablar de monos que enterrasen a sus muertos.

Mientras desenterraban los cuerpos, un arqueólogo recuperó un disco de piedra del fondo de una tumba. Todos los arqueólogos se reunieron alrededor del artefacto, girándolo en todas direcciones intentando imaginar qué significaba. Los únicos rasgos aparentes eran un agujero circular en el medio, y una inscripción en espiral hacia dentro o fuera, según se mirase. ¿Habían hallado un LP de la Edad de Piedra? ¿Existieron "los Picapiedra"?

Una inspección más exhaustiva mostró que la inscripción era realmente una línea de pequeñas muescas o signos. Cada disco era un libro, pero cuando se descubrió en 1938, nadie tenía el diccionario, por lo que nadie fue capaz de leerlos. Se recuperaron todos los discos y se almacenaron junto con los otros hallazgos encontrados en la zona. No había ninguna razón para considerar estos discos de piedra especiales o importantes, quizás únicamente raros.

Los discos se guardaron en Pekín, donde, durante los 20 años siguientes un grupo de expertos intentó descifrar la escritura. Nadie lo consiguió. Pero en 1962 el profesor Dr. Tsum Um Nui lo consiguió y supo el sorprendente mensaje que los discos contenían. Anunció sus hallazgos a un pequeño grupo de amigos y colegas, pero el descubrimiento continuó siendo ignorado por el público. El público continuó siendo mantenido en la ignorancia a propósito porque las autoridades sintieron que era más prudente no dar a conocer los hallazgos del profesor. La Academia de Prehistoria de Pekín prohibió al profesor que publicara nada acerca de los discos.

Tras dos años de una probablemente absoluta frustración, el profesor y cuatro de sus colegas fueron finalmente autorizados a publicar las conclusiones de su investigación. Decidieron llamarlo "El escrito relativo a la nave espacial que, como aparece escrito en los discos, descendió a la Tierra hace 12.000 años". Los discos, 716 de los cuales fueron recogidos de una cueva, cuentan la historia de los habitantes de otro mundo que se la pegaron contra las montañas de Baian-Kara-Ula. Las intenciones pacíficas de esta gente no fueron comprendidas por la población local. Muchos extraterrestres fueron cazados y asesinados por miembros de la tribu Han, que vivía en cuevas cercanas.

El Profesor Tsum Um Nui ofrecía algunas líneas de su traducción:

Los Dropa salieron de las nubes en sus aeroplanos.

Antes del amanecer, nuestros hombres, mujeres y niños se escondieron en las cuevas diez veces.

Cuando finalmente comprendieron el lenguaje de signos de los Dropa, se dieron cuenta de que los recién llegados tenían intenciones pacíficas.

Otra parte del texto indica que la tribu de los Han lamentaba que los Dropa se hubieran estrellado en esta remota área, y que ellos fueran incapaces de construir una nueva nave para que los Dropa pudieran regresar a su planeta natal.

Los colegas de Tsum Um Nui se rieron de todo ello: claramente el buen profesor había perdido la chaveta. ¿Cómo podía ser cierta tal cosa? Tan ingrata acogida hizo que el profesor decidiera trasladarse al Japón, donde murió al año siguiente.

Desde que se descubrieran los discos hacía más de 25 años ya, otros arqueólogos habían tenido noticias de la historia de la zona. La nueva información indicaba que la historia, tal como aparecía en la traducción de Tsum Um Nui, podía ser correcta. Circulaban leyendas, incluso en aquellos tiempos que hablaban de hombrecitos amarillos, bajitos, que "vinieron de las nubes hacía mucho tiempo". Esa gente tenía cabezones en forma de perilla y cuerpos pequeños, e impresionaba verlos, según los vecinos del lugar que los habían ahuyentado a caballo. La descripción de esta gente es idéntica a los cuerpos que el profesor Chi Pu Tei recuperó en 1938. En el interior de las cuevas se encontraron pinturas murales. Describían el amanecer, la luna, estrellas sin identificar y la Tierra, todo ello conectado con líneas de puntos. Los discos y el contenido de la cueva fueron datados del 10.000 A.C.

Las cuevas todavía eran habitadas por dos tribus, que se autodenominaban los Han y los Dropa, estos últimos personajes de extraña expresión. Midiendo apenas 1,3 metros de alto, no eran ni chinos ni tibetanos. Ni siquiera un experto hubiera podido indicar sus antecedentes raciales. El informe sobre la traducción de los discos, publicado en 1964, no acabó con el misterio. Obviamente otras personas y organizaciones se interesaron.

La Unión Soviética hizo preguntas y sus científicos solicitaron que les enviasen algunos de los discos para estudiarlos, cosa que los chinos hicieron. Los soviéticos limpiaron partes de "suciedad", e hicieron varios análisis químicos. Los científicos soviéticos se sorprendieron de saber que los discos contenían altas cantidades de cobalto y otros metales.

E. Dr. Viatcheslav Saizev informó en la revista soviética Sputnik que había colocado los discos en una máquina especial, que era parecida a un gramófono. Cuando los hicieron girar, los discos "vibraron" haciendo un sonido "hum", como si una especie de carga eléctrica especial hubiera sido introducida en los discos en un ritmo muy particular, o, tal como declaró un científico, "como si formasen parte de un circuito eléctrico". De alguna manera, el algún momento habían estado expuestas a elevadas cargas eléctricas. Tales hallazgos, sin embargo, tenían poco que hacer con los otros discos que permanecían en china. Poco después del descifrado de Tsum Um Nui, la Revolución Cultural de finales de los años 1960 barrió toda China, y desapareció la preocupación del público acerca del destino de los discos o de su mensaje.

En 1974, un ingeniero austríaco, Ernst Wegerer, fue a dar con dos discos en el Museo Banpo de Xian, y los fotografió. El escritos suizo de los "antiguos astronautas", Erich Von Daniken, supo de los discos y de las fotografías de Wegerer, y escribió acerca de los discos en uno de sus libros. Pocos creyeron que von Däniken informase de un descubrimiento real, muchos pensaron que se lo había inventado.

Hartwig Hausdorf , un guía turístico, fue quién cambió la situación. En marzo de 1994, él y Peter Krassa, un amigo de von Däniken, fueron a China. Hausdorf diría posteriormente:

"Visitamos el Museo Banpo de Xian buscando los discos que Wegerer había fotografiado hacia dos décadas. Pero nuestro optimismo no fue recompensado. No pudimos encontrar rastro de los discos por ningún sitio. ¿Habría Wegerer inventado realmente la historia? Parecía improbable.

Preguntamos a nuestros guías y al profesor Wan Zhijun, director del museo. Al principio negó que los discos hubieran siquiera existido. Una hora después de haberle mostrado las fotografías Zhijun dijo que uno de sus predecesores había realmente autorizado a Wegerer para fotografiar los discos, que los discos realmente existían o por lo menos habían existido. Poco después de haber autorizado a Wegerer a fotografiar los discos se le "pidió" que dimitiera. Supimos que, desde entonces, no se había vuelto a saber nada del director".

Krassa, compatriota de Wegerer, se las arregló para recoger las cuatro fotografías de Wegerer.

" El director Zhijun nos mostró -cuando se dio cuenta de que no nos iríamos n saber todo lo que hubiera por saber- un libro de arqueología en la que podían verse las fotografías de los discos. Luego nos llevó a un centro cercano, el lugar donde se limpian y catalogan los artefactos del museo. Sobre una silla descansaba una copia agrandada de un disco de piedra. Insinuó que, pocos años atrás, habían llegado órdenes de "arriba", de sus superiores, de que todo rastro de los discos debía ser borrado, y que debía dejar constancia de decir que todo era una gran mentira. Tales actitudes no son desde luego benevolentes para nadie que quiera encontrar la verdad".

Si Hausdorf y Krassa hubieran sido menos testarudos, hubieran podido etiquetar a Wegerer como un embaucador.

Krassa y Hausdorf supieron también la historia de un inglés, el Dr. Karyl Robin-Evans, que había viajado a China en 1947. Antes de que llegase, un polaco, el Profesor Lolladorff le había mostrado un disco de piedra que creía había sido hallado al norte de la India. El objeto parecía haber pertenecido a una tribu, los "Dzopa", que habían utilizado el disco durante sus ceremonias religiosas. El Dr. Robin-Evans declaró que el disco tenía un radio de 12 centímetros, y unos cinco centímetros de grueso.

El profesor colocó el disco en una balanza y conectó la balanza a una máquina de escribir. Puso de manifiesto cómo el disco, durante un período de tres horas y medía, ¡ganaba y perdía peso! Al cabo de un día, este cambio de peso creaba una línea impresa en el papel de la máquina de escribir. El cambio en el peso había permitido a la máquina de escribir imprimir, dejando caracteres en el papel. ¡Los discos podían ser una especie de tipo de imprenta! Aunque fácil de explican lo sucedido, lo que era básicamente imposible era el cómo había ocurrido. ¿Cómo puede un disco de piedra cambiar de peso?

Aparentemente el Dr. Robins-Evans no quería desprestigiarse con su sorprendente experimento. Aunque su artículo fue escrito en 1947, sólo apareció publicado en 1978, cuatro años después de su muerte (ver Dr. David Agamon [ed.], Sungods in Exile , Sudbury, 1978).

Tras su encuentro con el Prof. Lolladorf, el Dr. Robin-Evans siguió su viaje por las montañas chinas en busca de la tribu Dzopa. Primero pasó por Lhasa, en el Tibet, donde fue recibido por el 14º Dalai Lama, que por aquel entonces contaba con 12 años. En 1947 Tíbet todavía era independiente. Sólo en 1950, cuando el Dalai Lama marchó a la India los chinos tomaron posesión del país. Como dije, Baian-Kara-Ula se halla a lo largo a la frontera chino-tibetana, pero sufrió poco ya que es una cadena montañosa remota.


Una vez llegados a las altas montañas, los porteadores de Robin-Evans decidieron quedarse atrás. Tenían miedo. El paisaje presentaba un aire siniestro y querían volverse a casa. Su poca predisposición ilustra por qué la zona de Baian-Kara-Ula permaneció apenas explorada hasta 1947, a no ser por la expedición científica de diez años atrás.

El Dr. Robin-Evans se las arregló para llegar a su destino, y se ganó la confianza del pueblo Dzopa. Le asignaron un instructor de idioma que le enseñó las bases del lenguaje Dzopa.

Luego Lurgan-La, el líder religioso de los Dzopa, le contó la historia de la tribu. Comentó que su planeta natal estaba en el sistema de Sirio. Lurgan-La explicó que habían enviado dos expediciones a nuestra Tierra. La primera hacía más de 20.000 años, la segunda en el 1.014 DC. Durante la visita del 1014 D.C., unas pocas naves se estrellaron, los supervivientes fueron incapaces de abandonar la Tierra. Dijo que los Dzopa son los descendientes directos de aquella gente.

Entre los bienes de Robin-Evans se encontraba una extraordinaria fotografía: la pareja real Hueypah-La y Veez-La . Medían 1,20 metros y 1,07 metros. No sólo su estatura era reducida, sino que su apariencia total podía sólo ser descrita como extraña.

La pregunta importante era si los "Dropa" y los "Dzopa" eran una y la misma tribu, o tribus diferentes. Pero Robin-Evans aparentemente había estado al corriente de alguna controversia relativa al tema. Aunque "Dropa" es el deletreo correcto, "Dzopa", o mejor aún "Tsopa" se acercaba más a la pronunciación correcta de la palabra. Sintió que sería mejor escribir "Dzopa", ya que se parecía más a la pronunciación correcta (ver Agamon [ed.], Sungods in Exile ).

Quedaban sólo dos problemas. La fecha de los discos de piedra, 12.000 años, no coincidía con las declaraciones del líder religioso, 20.000 años A.C. y 1.014 años D.C. Además, los discos parecían contener declaraciones de miembros de una tribu no-Dropa describiendo a los Dropa, pero los discos de piedra fueron supuestamente escritos por los Dropa. ¿Acaso algunos vecinos se mezclaron con los Dropa? ¿O la información se había tergiversado? Aunque Hausdorf, Krassa y Robin-Evans han sido incapaces de explicar estas contradicciones, una futura investigación podría arrojar nueva luz sobre este aspecto de este intrigante caso.

Hartwig Hausdorf espera recibir permiso para visitar la cadena montañosa de Baian-Kara-Ula, para buscar a la gente de la tribu Dzopa, si es que todavía existen. Pero dado que la tribu existía todavía en 1947, probablemente todavía queden descendientes hoy en día, a menos de que la orden de 1965 de "librarse de todas las huellas de los discos de piedra" haya acabado con la existencia de la tribu. Hausdorf buscó en la última lista de 1982 de minorías nacionales reconocidas en China, y supo que los Dzopa no son reconocidos como minoría en su provincia de Qinhai. ¿Quizá ya no existan? La lista específica que 880.000 personas no son reconocidas como minorías étnicas. Totalizan 25 tribus. Por consiguiente pudiera ser que no estuvieran reconocidas, o que estuvieran relacionadas con diferente nombre, ya que la trascripción Hanyu-Pinyin "traduce" ciertos nombre de forma totalmente diferente a como eran antes.

Otro misterio con el que Hausdorf tuvo que batallar fue el nombre de Tshum Um Nei, un nombre que no era chino. Este hecho hizo que se rumorease que tal personaje nunca existió, y que era el producto imaginario de alguien. Pero un amigo asiático de Hausdorf le dijo que "Tsum Um Nei" era una mezcla de chino y japonés. La pronunciación japonesa del nombre se había escrito en chino, de igual manera que el alemán "Schmidt" se denominó "Smith" en América. "Obviamente el tipo era japonés", constató Hausdorf, lo que explicaría porqué el profesor pudo regresar a Japón para retirarse.

Hartwig Hausdorf pudo demostrar que los discos de piedra y la tribu Dzopa existieron realmente. Su próximo paso es encontrar si su leyenda ha llegado hasta ahora de forma precisa, y si pudiera ser cierta.

Artículo aparecido originalmente en Nexus New Times Magazine, 1995.

 

La tribu Dropa y sus discos de piedra

Actualización

Hace más de una década Hartwig Hausdorf reinició el debate de si unos alienígenas se habían estrellado en la línea montañosa de Baian-Kara-Ula, en China. Durante estos pasados diez años, varios elementos de la historia han sido confirmados.

Philip Coppens

A mediados de 1990, el escritor alemán y guía turístico Hartwig Hausdorf reinició el debate de si unos alienígenas se habían estrellado con su aparato en la remota región montañosa de Baian-Kara-Ula, en la provincia China de Qinhai. Durante la pasada década, algunos elementos de la historia han quedado confirmados.

El supuesto aterrizaje forzoso en el Baian-Kara-Ula ha llegado a conocerse como el "Roswell china", aunque el accidente, si acaso ocurrió, no tuvo lugar en 1947 ni alrededor de esa época, sino hace varios miles de años.

El núcleo de la historia es que entre 1937-1938, una expedición dirigida por Chi Pu Tei, arqueólogo de la Academia de Ciencias China de Pekín (Beijing), trataba de encontrar refugio en la cadena montañosa de Kulun-Kette, Los miembros del equipo entraron en una cueva y encontraron inscripciones en los muros. Al fondo de la cueva encontraron varias tumbas, alineadas en una hilera, contiendo esqueletos de extraña apariencia, que medían 1,20 metros de longitud .y tenían un cráneo anormalmente grande. Enterrados juntos con los esqueletos hallaron extraños discos de piedra, 716 en total, de unos 30 cm. de diámetro y 1 cm. de grosor, con un agujero en el centro, cada uno de ellos marcado con extraños hieroglifos. ¿Se trataba de registros grabados tipo long play de la Edad de Piedra?

La historia prosigue con la prohibición de la Academia de Ciencias China de publicar dichos hallazgos, pero finalmente la historia de la tribu de los Dropa (o Dzopa) y de sus discos de piedra fue publicada, aunque nunca llegó a ser confirmada.

Hay varios aspectos en esta historia: los extraños esqueletos, el descubrimiento de una tribu poco conocida de seres parecidos a los enanos; la naturaleza y paradero de los discos, y el descifrado de las inscripciones.

Aparentemente, no fue hasta principios de 1960 que la escritura fue descifrada y se tradujeron pasajes de la misma por parte de un equipo dirigido por el Profesor Tsum Um Nui, de la Academia de Prehistoria de Pekín. Declaró que se describe el aterrizaje forzoso de una nave espacial extraterrestre hace 12.000 años. He aquí algunas líneas de aquella traducción: "Los Dropa salieron de las nubes en su aeroplano. Antes que el sol saliera, nuestros hombres, mujeres y niños se escondieron en las cavernas diez veces. Cuando finalmente comprendieron el lenguaje de signos de los Dropa, se dieron cuenta de que los recién llegados tenían intenciones pacíficas."

En cuanto a los discos, se ha señalado que los discos de piedra son un ingrediente conocido de la cultura china, y que son denominados discos "Bi". Aunque de origen desconocido, estos discos Bi han sido fechados del 10.000 A.C., coincidiendo ampliamente con el marco temporal del supuesto aterrizaje forzoso.

Los discos Bi eran normalmente fabricados de jade o de otros materiales preciosos, y se les consideraba un signo de estatus. Tras una guerra, los perdedores eran requeridos para que entregaran sus discos como signo de sumisión. Además, se sabe que los discos eran utilizados en entierros. En los entierros aristocráticos, los discos se colocaban habitualmente sobre la cabeza, bajo los pies y sobre el pecho del fallecido. Curiosamente, los discos Bi eran a menudo considerados como "la oreja del cielo", y en ocasiones el agujero del disco se colocaba frente a los labios para que los muertos pudieran hablar con sus ancestros.

La historia de que se encontraran discos de piedra con hieroglifos en una tumba no sólo es por tanto plausible, sino probable, considerando también que los discos Bi a menudo llevaban inscripciones.

En 1974, Ernst Wegerer, ingeniero austriaco y turista, vio y fotografió varios discos en el Museo Banpo de Xian, en la provincia de Shensi. Pero esto da por sentado de si estos discos que son similares en descripción a los que se informó haber descubierto en Baian-Kara-Ula, eran tan sólo discos "Bi", o ejemplos reales de los que se encontraron en la cueva de la montaña durante la expedición de 1937-1938.

Descendientes de los Dropa

Muchos creen erróneamente que la historia de la tribu de los Dropa salió a la luz por primera vez en 1978, en el libro titulado Sungods in Exile (Dioses en el exilio) , editado por David Agamon. Este libro detalla la expedición en 1947 del científico inglés Dr. Karyl Robin-Evans, quien supuestamente llegó a las montañas de Baian-Kara-Ula y contactó con los Dropa. Según el libro, la tribu contaba con varios centenares de miembros, todos ellos de apariencia enana, y con una talla media de 1,22 metros. El Dr. Robin-Evans permaneció allí durante medio año, aprendió el idioma de los Dropa, y conoció la historia y tradiciones de los seres enanos, que le contaron que sus ancestros procedían nada menos que de Sirio.

Sabemos ahora que el libro contiene una gran parte de ciencia ficción, presentada como realidad, pero muchas personas habían ya decidido que la historia de los Dropa era falsa, especialmente aquellos que argumentaban que el libro era el primero en mencionar aquella "ridícula" historia.

Parecería como si el libro Sungods in Exile estuviera o bien destinado a aprovecharse de las historias acerca de los Dropa que ya estaban circulando desde años antes de salir publicado, o bien -si prefieren una explicación conspirativa-, que estuviera destinado a desacreditar esa historia. ¿Por qué? Quizás fuera simplemente porque China era una nación comunista y cualquier interés en algo chino era oficialmente desanimado en aquellos momentos por parte de los gobiernos occidentales.

Pero definitivamente no era una patraña, por lo menos una que se hubiera montado en 1978. El historiados radicado en Berlín, Dr. Jörg Dendl ha sido capaz de seguir la pista hasta encontrar la primera mención de la historia de los Dropa en 1962, cuando una revista mensual para vegetarianos Das vegetarische Universum (" El universo vegetariano" ) publicó un artículo en su edición de julio, titulado "¿OVNIS en la prehistoria? Hasta ahora el Dr. Dendl no ha conseguido encontrar la fuente china o japonesa original, pero está claro que el origen de la historia es muy anterior a 1978.

Además, la historia contada en Sungods in Exile de una expedición que entraba en contacto con personas enanas en la región de Baian-Kara-Ula tiene antecedentes que no son ficticios. E. Dr. Dendl encontró un recorte de prensa de 1933 relativo a una confrontación entre chinos y seres enanos. Aunque algunos pudieran argüir que el hecho se localizaba en el "Tibet", por aquellos tiempos Baian-Kara-Ula era erróneamente catalogado como formando parte del Tibet. El artículo narra cómo una mujer, de sólo 1,20 metros de altura, fue vista siendo escoltada por soldados chinos, y que tanto ella como su grupo eran mantenidos como esclavos. También había una declaración de que eran caníbales, pero esto podría simplemente haber sido una excusa para tapar el inhumano trato que recibían.

Fundamentalmente, la existencia de los Dropa, o de una tribu parecida a ellos, ha quedado confirmada. En noviembre de 1995, la Associated Press (AP) declaró que unos 120 "seres enanos" habían sido descubiertos en la provincia de Sichuan, en un "poblado de enanos". (algunos escépticos ponen en duda el relato de AP, aunque es fácilmente verificable. De hecho, el 9 de noviembre de 1995, la publicación alemana Bild publicó un artículo acerca del descubrimiento, titulado " Das Dorf der Zwerge - Umweltgifte schuld ?" [El poblado de los enanos - ¿polución ambiental a criticar?]). El adulto de más talla del poblado medía 1,15 metros, y el más bajito, 63,5 centímetros. El poblado se hallaba a pocos kilómetros de la línea montañosa de Baian-Kara-Ula. Sin embargo, a pesar de que China mostraba una mayor apertura, toda esta zona, que incluye el poblado, continúa estando prohibida para extranjeros.

Hartwig Hausdorf, que ha estado siguiendo la pista a los Dropa desde por lo menos principios de 1990, reflexiona acerca de si en estos últimos años, los descendientes de los Dropa podrían haber abandonado las montañas para establecerse en las tierras bajas más cercanas, donde fueron "descubiertos" en 1995. Según un artículo del 27 de enero de 1997, publicado en Bild , un etnólogo chino que el enanismo de la tribu era debido a la alta concentración en mercurio del suelo, que había envenenado su agua potable durante varias generaciones. Sin embargo, esta declaración no quedó sin respuesta. El Dr. Norbert Felgenhauer, del Instituto de Toxicología de Munich alegó que esa teoría era una estupidez. Comentó que un envenenamiento de tal tipo conduciría de inmediato a la muerte, no a un crecimiento atrofiado, y presentó como evidencia el caso de la ciudad japonesa de Minamata, en la que en 1960 muchos habitantes muriendo envenenados por mercurio. Remarco también que el mercurio es incapaz de cambiar el ADN, y por tanto no podía ser presentado como responsable de causar un rasgo hereditario, uno claramente aparente en esa tribu.

Descifrando los Discos

Disco Bi

Así pues, sabemos que la existencia de los discos de piedra es posible, sino probable, y que, si el informe de 1933 es correcto, existía un pueblo enano viviendo en aquella región. El tema es: ¿se descifró correctamente la escritura?. Si es así, no por ello se demuestra necesariamente que una nave con seres extraterrestres se estrellara en China, pero por lo menos demuestra que esos seres "genéticamente extraños" creían que descendían de alienígenas.

Según la historia, en 1962 un equipo de cinco científicos de la Academia de Prehistoria de Pekín, dirigidos por el profesor Tsum Um Nui, consiguió descifrar las inscripciones. A pesar de las declaraciones realizadas en la traducción, los científicos publicaron realmente sus hallazgos. Entonces el profesor Um Nui fue por lo visto obligado (o quizá lo decidiera él) a abandonar su cargo, tras lo cual regresó a su Japón natal, donde murió poco después. A pesar que se sabe poco acerca de lo que ocurrió después, Hausdorf remarca que con el inicio en 1966 de la Revolución Cultural,, y al igual que ocurre en tales revoluciones, mucho quedó perdido para siempre.

No existe verificación de la traducción de 1962 como tal, aunque deba señalarse que entre quienes discuten que es una patraña, no hay evidencia que sugiera que la historia de 1962 y la traducción, sean una invención. Hasta ahora, lo mejor que los detractores han sido capaces de argumentar es que la historia es improbable (¡desde luego!), y que nadie ha sido capaz de descifrar una lengua autónoma, y no digamos una lengua extraterrestre. Es cierto. Pero en ningún lugar del relato se dice, y nadie ha dicho nunca, que aquel fuera un "lenguaje único".

La única declaración a este respecto es que en 1037-38, cuando se descubrieron los discos, sus inscripciones no pudieron ser leídas inmediatamente. Sólo en 1962 fue cuando un equipo de especialistas lo logró. Por lo que sabemos, el lenguaje en el cual estaba escrito el texto no había sido descifrado en 1937, o nadie había prestado la suficiente atención a la lengua en la que estaban escritas las inscripciones. Pero observemos el año 1962. Es el año en que la primera referencia conocida de la historia aparece, encontrada por el Dr. Dendl en una revista alemana, y podría sugerir que algo ocurrió en 1962 que hizo que una fuente china o japonesa informase de ello.

La traducción de los discos podría ser precisamente eso. El profesor Un Nui publica su traducción, los medios la recogen y crean controversia, él decide retirarse y regresar a Japón, mientras que los medios informativos fuera de China también informan de ello, acabando en la revista alemana "El universo vegetariano". Si la historia fue inventada, significa que lo fue (o fue erróneamente informada) en 1962.

La patraña de 1978 de Sungods in Exile es ahora con toda claridad no más que una nota a pie de página de la historia, ampliamente responsable de popularizar toda la saga pero en definitiva, no de crearla o inventarla de la nada .

El artículo de 1962 discute también algunos detalles técnicos de los discos, subrayando la naturaleza potencial objetiva de la historia. Apunta que los discos estaban compuestos de cobalto, hierro y níquel, los únicos metales que producen un campo magnético. El níquel se encuentra ampliamente en Canadá y África Central, pero recientemente se ha encontrado en China, y en la zona general en la que se localizaron los discos. Para Hausdorf, esto es una indicación añadida de que la historia es objetiva, porque este hallazgo es posterior al descubrimiento de los discos, y al artículo de 1962. En resumen, que lo que en 1962 era insólito e improbable, ahora ha sido confirmado.

Una nueva expedición

Baian-Kara-Ula sigue siendo una de las regiones más remotas de China. Sus montañas se elevan a 5.000 metros, y descienden a 2.000 metros. A pesar de la altitud, los veranos pueden ser agradablemente cálidos en esta región.

Ahora se comenta que se está preparando una nueva expedición y que pronto estará en marcha. Por lo visto es en buena parte iniciativa de los imperios mediáticos chinos, siendo su principal patrocinador el periódico China Newspaper . Si los participantes son capaces de ponerse las pilas, podría ser que antes de una nueva década esta historia tomara otro giro.

Artículo publicado en NEXUS Magazine, vol. 15, no. 6 (Octubre-Noviembre 2008).

 

 

 

 


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