Cambio 16. Número 688. 4-11 de febrero de 1985.

Mientras el Plan Nacional del Síndrome Tóxico sigue sugiriendo que la Organización Mundial de la Salud respalda la tesis oficial sobre el aceite como causa de la epidemia, un destacado funcionario de la institución internacional destaca la importancia de los trabajos del doctor Antonio Muro sobre los organosfosforados.

Martín Samos, epidemiólogo de la OMS, sobre el «escándalo colza».
«El doctor Muro merece un homenaje».

Francisco Martín Samos.
Francisco Martín Samos.

Francisco Martín Samos, granadino, sesenta y tres años, médico estomatólogo, alto funcionario de la OMS, no concibe que las autoridades sanitarias españolas no hayan tomado en cuenta los trabajos sobre el síndrome tóxico realizados por el doctor Muro.

World Health Organization (WHO).Martín Samos, destacado epidemiólogo (es un P6: en el organigrama de la OMS, el nivel más alto de la especialidad), está en posesión de la Orden del Mérito Civil de Sanidad, ha publicado 67 trabajos científicos y ha participado durante sus veintiún años de actividad en la OMS en 113 conferencias internacionales, en 101 de ellas como jefe de delegación de la Organización Mundial de la Salud.

A título particular expuso a esta revista sus opiniones sobre la intoxicación masiva que ha producido 354 muertos y cerca de 24.000 afectados desde su iniciación el 1 de mayo de 1981.

Cambio 16. ¿Respalda la OMS la tesis oficial del aceite de colza desnaturalizado con anilinas como origen de la epidemia?.

Francisco Martín Samos. El dictamen de la comisión de expertos de la Organización Mundial de la Salud que colaboran en el Plan Nacional para el Sindrome Tóxico sólo vincula a sus miembros y no necesariamente a la institución. La OMS es un organismo intergubernamental y, por tanto, los Estados asociados son soberanos. El Gobierno español es quien asume la responsabilidad directa de las investigaciones. Y la propia OMS no podría hacer público ningún documento sobre los trabajos sin su autorización.

Cambio 16. ¿Cuál es su opinión sobre los trabajos realizados para determinar las causas de la masiva intoxicación?.

Francisco Martín Samos. A mí me parece que la tendencia de las investigaciones realizadas por el plan ha ido más encaminada a buscar un responsable que a encontrar las verdaderas raíces de la catástrofe. Por eso, cuando aparentemente creyeron encontrar el responsable, se excluyeron las restantes alternativas. Creo que en los trabajos realizados oficialmente sobre el síndrome ha existido el riesgo de prejuzgar los resultados cayendo en el autismo. Una investigación científica seria requiere que se evite ver lo que se desea ver. Para eso la única solución que existe es que los trabajos sean evaluados por personas que no han participado en su elaboración.

Cambio 16. ¿Qué opina de la tesis oficial señalando a las anilinas con que se adulteró el aceite de colza como desencadenante del síndrome tóxico?.

Francisco Martín Samos. Yo no soy químico ni farmacólogo, pero de lo que conozco y he leído a lo largo de mi vida profesional me parece que esa sintomatología no se produce por intoxicación de anilinas. Me inclino más a creer en la primera investigación científica que situaba el posible origen en la ensalada, donde intervienen otros elementos además del aceite.

Cambio 16. ¿Considera acertada la teoría que relaciona el síndrome con cierto tipo de pesticidas organosfosforados utilizados en la agricultura?.

Francisco Martín Samos. Sinceramente, sí. Los afectados por el síndrome tóxico que yo he visto durante mis visitas a España en estos últimos tres años me recuerdan el aspecto, la historia clínica y la sintomatología de otros casos contemplados por mí en varios países donde se habían producido intoxicaciones provocadas por organosfosforados.

Cambio 16. ¿Cuál es su juicio sobre las investigaciones realizadas por el doctor Muro, disidente de la línea oficial?.

Antonio Muro Fernández Cavada.
Antonio Muro Fernández Cavada.

Francisco Martín Samos. Mi opinión personal y como epidemiólogo es que los estudios realizados por el doctor Muro tienen todos los requisitos como para que hubieran sido tenidos en cuenta. Su encuesta epidemiológica es extraordinaria. Cualquier institución científica seria hubiera prestado atención a sus trabajos. Muro merece si no un monumento, sí un homenaje. Ha dado una lección de competencia, de tenacidad y de honradez intelectual.

Cambio 16. ¿La tesis de Muro ha sido también combatida alegando que fue el primero que asoció el aceite con la epidemia...?.

Francisco Martín Samos. Una de las condiciones esenciales del científico es la de investigar, ensayar y, por tanto, equivocarse. El que al principio haya sostenido otras teorías y fuera descartándolas hasta llegar a la actual, no hace sino dar medida de su honradez intelectual. Demuestra ser una persona que se responsabiliza de lo que hace. Frecuentemente el que hace algo siempre encuentra oposición y se le reconoce demasiado tarde.

Cambio 16. ¿Qué opina sobre los trabajos toxicológicos llevados a cabo por el equipo del catedrático sevillano Luis Frontela?.

Luís Frontela Carreras.
Luís Frontela Carreras.

Francisco Martín Samos. No conozco sus estudios más que por referencias. Pero si, como parece, Frontela ha ratificado experimentalmente la tesis del doctor Muro, existen aún más razones para tomar en serio estos trabajos y no atacarlos de forma extracientífica.

Cambio 16. Como especialista en salud pública con amplia experiencia en epidemias parecidas, ¿qué importancia concede usted al síndrome tóxico?.

Francisco Martín Samos. Por el volumen de la epidemia el síndrome tóxico, desde el punto de vista científico y médico, supone desgraciadamente una excelente oportunidad para estudiar la patogenia de muchas enfermedades endémicas desconocidas. Pero al no haber descubierto aún sus causas, para prevenir que no se vuelva a repetir y tratar sus efectos, el sacrificio de los afectados y las víctimas puede ser inútil.

Cambio 16. ¿Es posible que expertos de la OMS tengan menos fortuna que investigadores aislados como Muro y Frontela?.

Francisco Martín Samos. No sería la primera ni la última vez en la historia que la ciencia avanzara así. También el Papa sentó cátedra en el «caso Galileo».

Rafael Cid.
Martín Samos, en África, enviado por la OMS.
Martín Samos, en África, enviado por la OMS.

Cómo descubrí la talidomida.

El doctor Knapp cuenta su odisea para llegar a descubrir la talidomida frente al criterio de las comisiones oficiales y sus semejanzas con el caso del «síndrome tóxico».

Klaus Knapp.
Klaus Knapp.

Habíamos recapitulado, repasado, por enésima vez todas las circunstancias: la epidemia era horrible y aparecían los primeros casos en Hamburgo. Con precisión científica esos niños sin brazos, con desconocidas combinaciones de anomalías raras, habían sido registrados por Widukind Lenz. Era el geneticista, yo, el radiólogo, perplejo ante las imágenes tan desconocidas como sus cuadros clínicos.

Los acontecimientos se habían sucedido a velocidad de vértigo. Aparece una verdadera epidemia de anomalías congénitas extrañas, con acumulación de casos en la ciudad y los alrededores de Munster, apareciendo innumerables casos también en Hamburgo nada más empezar a buscarlos.

Decidimos acometer la búsqueda, sin saber de qué. «Perdimos» varios días en la confección de un extensísimo cuestionario. ¿Facilidades?. Ninguna. ¿Coche?. El mío, la bicicleta de Lenz hubiese sido poco práctica. Siete visitas ya y ningún resultado positivo. Dificultades: ¿Cómo entra uno en la casa si no se sabe si vive el niño?.

Y entonces, bajo la lluvia de Hamburgo, Lenz y yo tomamos la decisión más importante. Había surgido algo nuevo: un padre había nombrado un medicamento, era psicólogo y estaba convencido de que «en EE UU habían prohibido su venta por producir alteraciones neurológicas». ¿Podría ser cierta esa sospecha?. En ningún caso hasta entonces habían nombrado ese medicamento. Lo decidimos sin discusión: Volvemos a empezar.

Revisamos gráficas de remotas estancias hospitalarias, solicitamos datos de ficheros a médicos de cabecera, conseguimos que se nos proporcionasen recetas de los archivos de la Seguridad Social. Y en una semana pudimos documentar la ingestión de algún medicamento conteniendo talidomida en 17 de 20 madres interrogadas. En los tres casos restantes había fundadas sospechas.

Dimos noticia telefónica a la casa productora. Unos días de silencio y su reacción fue fulminante. Abogados incrédulos llegan a manifestarnos las más desorbitadas sospechas. Cerraron filas ante nosotros para sólo retrasar la noticia de que entre sus empleados la tasa de anomalías del tipo discutido era cinco y más alta que en el resto de la población. El químico jefe había hecho degustación de aditivos con su mujer embarazada, la cual inmediatamente reconoció -sin manifestarlo- la analogía de anomalías descritas con las que había presentado su hijo.

Nos preguntamos, ¿por qué ninguna de las comisiones oficiales llegó a descubrir el factor causal?. La designación de personas que se sacan de su trabajo habitual para que hagan extensos estudios, que casi siempre pretenden abarcar demasiados aspectos, suele aclarar poco. La iniciativa individual tiene una capacidad de reacción y una motivación que no son habituales en comisiones oficiales. Otra pregunta: ¿Puede llegarse a demostrar inequívocamente que cierta sustancia es el agente causal?. Hemos de recordar siempre que en biología no existe la posibilidad de la demostración causa-efecto. En el caso de la talidomida hemos recurrido a un subterfugio: Suponiendo cierta la hipótesis, ¿qué condiciones ha de cumplir?. Ahí es donde el estudio de todos los datos que pudimos obtener de la talidomida acercaban la probabilidad al ciento por ciento.

Al retirarse la talidomida del mercado la responsabilidad de la casa productora se redujo a los días que tardaron en hacerlo, ya que por ello se produjeron por lo menos otros 16 casos de ingestión del medicamento y posterior nacimiento de niños anómalos. Y aunque la atención a los afectados en cualquiera de estas tragedias es de inmediata importancia, el evitar futuros casos es una actitud profiláctica de mucho mayor trascendencia.

Si es posible deducir nuevos conocimientos han de estudiarse con detenimiento, ya que a veces estas grandes tragedias, a través de su preciso registro y observación, procuran beneficiosos conocimientos científicos para la humanidad.

Es ya anécdota el hecho de que el senador Kefauver logró pasar su ley sobre investigación farmacológica y clínica basándose en la catástrofe de la talidomida, ¡pero esta sustancia cumple las exigencias de esa ley y no hubiera sido rechazada en las pruebas que la ley Kefauver impone!

Klaus Knapp.
(Jefe del servicio de radiodiagnóstico de la Ciudad Sanitaria La Paz).


free-news.org