Parte anterior. - Parte siguiente.

Uso del plasma marino.

No desarrollaré aquí el uso de la talasoterapia porque necesitaría otro tipo de acercamiento y más especialmente el de la kinesioterapia, la hidroterapia y la climatología. No voy a mencionar más que muy brevemente las aplicaciones de las soluciones masivas isotónicas inyectables, de las que en la actualidad no dispongo de datos con la calidad y precisión necesarias para un estudio satisfactorio. Este trabajo está en curso de realización. Otras publicaciones se harán eco de él.

El plasma marino puede utilizarse en diferentes presentaciones galénicas:

Figura 11. Sistemas de producción (flechas negras) o de protección (blancas) contra los radicales libres del oxígeno (Chappuis, 1991).
Figura 11. Sistemas de producción (flechas negras) o de protección (blancas) contra los radicales libres del oxígeno (Chappuis, 1991).

Tabla 5. Función específica de diversos oligoelementos en la respuesta inmunitaria y la inflamación.
Tabla 5. Función específica de diversos oligoelementos en la respuesta inmunitaria y la inflamación.

Vías de absorción del plasma marino.

1. Uso externo: piel y mucosa nasal.

Los pulverizadores permiten una aplicación cutánea en contacto directo con las zonas necesarias. No tiene un efecto significativo en el equilibrio general del organismo, pero es muy eficaz localmente. Se utiliza con una finalidad terapéutica o por comodidad e higiene.

El pulverizador isotónico se utiliza para hidratar la piel y de las mucosas nasales, enjuagar las fosas nasales, el eczema seco, la psoriasis, las quemaduras de primer y segundo grado, la limpieza del conducto auditivo y la cicatrización.

El pulverizador hipertónico se utiliza por su acción astringente. En el cuidado de la nariz y los senos asegura una acción de drenaje muy interesante a causa de la gradiente presión osmótica existente entre el pulverizador hipertónico al 25%o y el medio interno al 9%o. Después del uso del pulverizador hipertónico es necesario efectuar un enjuague mediante el pulverizador isotónico, que permita un restablecimiento inmediato del equilibrio hidroelectrolítico y descarte el riesgo de una inflamación por la sal que podría acarrear un uso prolongado sin enjuague.

La acción del pulverizador hipertónico está recomendada en los casos de rinitis y de sinusitis. A nivel cutáneo se utiliza en caso de eczemas purulentos.

El plasma marino isotónico también se utiliza para impregnar las compresas para curar quemaduras ligeras y para instilación nasal.

2. Vía oral.

Para este uso, la forma más recomendada es la solución hipertónica en ampollas. El aporte cuantitativo es mayor y el coste menos elevado que la isotónica. Hay dos tomas posibles: conservando la solución en la boca durante uno a dos minutos y bebiendo un vaso de agua a continuación a fin de facilitar la asimilación; o bebiendo un vaso de agua en el que se haya diluido 10 ml. Para los recién nacidos, se añade unos mililitros de plasma hipertónico en el biberón, el 10% de su volumen, no más.

Beberlo es más fácil que inyectarlo y preferible para la recarga mineral, para las astenias y anemias benignas, terrenos ligeramente debilitados y como complemento para la mayoría de los tratamientos del terreno así como asociarlo a la ingestión de oligoelementos.

La vía oral se utiliza frecuentemente como complemento o como segundo paso para tratamientos por inyección subcutánea, intravenosa e intrarrectales. Como complemento alimenticio es de gran valor: completo, equilibrado, asimilable e inductor del equilibrio mineral. Es recomendable tanto en caso de acidosis como de alcalosis. La vía oral está también especialmente adaptada para la regeneración de las mucosas intestinales.

3. Inyección subcutánea.

La inyección subcutánea es el modo de absorción escogido cuando se quiere inducir una modificación del terreno con la ayuda del plasma marino isotónico. Las dosis deben ser adecuadas porque éste actúa como un espejo del estado del medio interno: revela las debilidades del terreno. El arte de la posología será actuar con moderación a fin de inducir una transformación progresiva, determinando la duración y las cantidades necesarias para alcanzar la dosis modificadora del terreno. Por regla general y exceptuando una intervención de urgencia (desequilibrio hídrico, tifus, cólera, diarreas, desnutrición crítica), cuanto mayor sea el desequilibrio del organismo, más reducidas deben ser las dosis iniciales. En la práctica, la transformación progresiva del terreno se comprueba por la aceptación perfecta de dosis mayores.

Las inyecciones de plasma marino isotónico son generalmente indoloras en el momento de la inyección. Si los volúmenes son grandes, se forma una bolsa ubcutánea que se reabsorbe rápidamente dejando localmente una ligera sensibilidad durante uno o dos días. Las inyecciones son apirógenas. Las inyecciones subcutáneas se practican generalmente frente al omóplato o en la pared abdominal, algunas veces en el brazo o en el muslo según la preferencia emocional del paciente.

4. Inyección intravenosa.

Al ser la sangre el tejido más ligado al medio interno, es especialmente receptiva a su acción terapéutica y un vector extremadamente rápido para su asimilación. Se escoge, pues, el uso de inyección intravenosa en todas las afecciones que conciernen a los tejidos sanguíneos, trastornos funcionales, desequilibrio del pH sanguíneo, en caso de alcalosis o acidosis y en enfermedades degenerativas de la sangre. Solamente en el caso de la anemia benigna el uso de plasma marino en solución hipertónica se muestra suficiente y más práctico. Como permite una asimilación muy rápida del plasma marino, se elige la inyección intravenosa en todos los casos de urgencia como la hiponatremia extrema y los shocks hemorrágicos y operatorios. En caso de colapso a consecuencia de una deshidratación, primero se da una inyección subcutánea masiva, sustituyéndose el producto clásico de rehidratación por plasma marino en solución isotónica, con una posología equivalente.

El uso de inyecciones intravenosas masivas aún no ha se ha vuelto a experimentar. Cuando se haya experimentado de nuevo, publicaciones futuras desarrollarán ampliamente este tema.

5. Vía rectal.

La vía rectal presenta diferentes ventajas: por una parte es fácil de aplicar, por otra la asimilación a través de la mucosa rectal es particularmente inmediata. Es la vía de absorción que más rápidamente afecta al tono físico. Esta vía de asimilación está indicada para todos los casos de urgencia e infecciones. Permite por ejemplo dar un impulso energético fugaz a los niños que presentan enfermedades infecciosas de repetición y que no acaban de conseguir un equilibrio satisfactorio. Puede elegirse para un tratamiento del terreno prolongado, administrado en pequeñas dosis.

El uso rectal se realiza mediante una pera de lavativa clásica. La vía rectal sustituye a las inyecciones intravenosas y subcutáneas en los casos de pacientes refractarios a las inyecciones. En este caso se utiliza dosis similares pero prestando especial atención a las reacciones provocadas por las primeras tomas a fin de evitar cualquier efecto secundario desagradable.

6. Mesoterapia.

Las microinyecciones están especialmente indicadas en reumatología y dermatología. Este tipo de aplicación se adapta bien a los problemas situados sobre la columna vertebral y las articulaciones mayores. En caso de afecciones en los dedos, aunque eficaz, la mesoterapia puede resultar dolorosa, no por el hecho del plasma marino sino por la práctica de las microinyecciones. Están estudiándose otros métodos de administración, como la ionocinesis.

Posologías según el tipo de afección.

Las posologías resumidas a continuación son los resultados de mi experimentación médica estos últimos años. Mis propuestas son innovadoras puesto que no existía ningún otro trabajo respecto la aplicación intrarrectal, por ejemplo. Así pues, esta lista de posologías e indicaciones no pretende ser exhaustiva y necesita más estudios, en particular sobre la administración de grandes dosis y una comparación en profundidad entre las diferentes vías de absorción. No existen contraindicaciones conocidas, ni incompatibilidad con otros tratamientos.

Sin embargo hay que observar ciertas precauciones de empleo. La más importante es proscribir las inyecciones masivas en las personas que padezcan epilepsia, como había señalado René Quinton a principios de siglo. El uso de pequeños volúmenes (10 ml) con aumento progresivo de la dosis no parece generar efectos secundarios. Tengo una experiencia limitada sobre el uso de plasma marino en epilépticos.

Por regla general, el uso de dosis excesivas al comienzo del tratamiento resalta las carencias del terreno. Por tanto hace falta dosificar el tratamiento en el tiempo y evitar una reestructuración del medio interno demasiado rápida. Es necesario vigilar especialmente la posología en casos de terrenos profundamente debilitados, por ejemplo acompañados de úlceras varicosas y, en general, en todas las degradaciones importantes del sistema circulatorio.

1. Obstetricia. Pediatría.

De 1 a 2 veces 10 ml de plasma marino hipertónico todos los días durante todo el embarazo. 10 ml de plasma marino en solución isotónica 3 veces por semana, luego 10 a 20 ml a lo largo de los primeros meses de embarazo. En caso de deficiencia profunda del terreno, aplicar el tratamiento al menos durante 3 meses. Se puede hacer un cambio a plasma marino en solución hipertónica bebible. La vía rectal es demasiado violenta si está mal dosificada. En caso de rechazo a las inyecciones, la administración rectal debe hacerse en dosis menores, aumentándolas progresivamente. 10 ml de plasma marino en solución isotónica 3 veces por semana, después de 10 a 20 ml a lo l a rgo de los primeros meses del embarazo.

Precisiones:
 

  1. En todos los casos relacionados con el terreno maternal: delgadez, talla, malnutrición, ingestión tóxica (tabaco, alcohol, drogas): El plasma marino en solución isotónica y el plasma marino en solución hipertónica utilizado como relevo constituyen un tratamiento fundamental. Se aplica la misma posología y, según la gravedad del caso y la tolerancia del tratamiento, las dosis pueden llegar hasta 30 o 40 ml por inyección.
  2. En casos de retraso debido a una malformación ginecológica:

  3. El plasma marino en solución isotónica ayuda a disminuir los efectos secundarios de estos problemas en el feto.
  4. En caso de retraso de crecimiento debido a patologías fetales primarias y particularmente en caso de patologías infecciosas:

  5. Empezar con una dosis similar y después aumentar hasta 4 veces por semana. Vigilar el estreñimiento de la madre indicándole la dosis más eficaz.
De 10 a 20 ml por día por vía subcutánea hasta que mejore, después 3 veces por semana. Hipotrofia: recién nacido de poco peso, por causa habitualmente nutricional. 10 ml todos los días, los casos graves; 2 veces al día en tratamientos prolongados. El plasma marino en solución isotónica está particularmente bien indicado. 10 ml, después 2 veces 10 ml, incluso 2 veces 20 ml todos los días vía subcutánea, rectal o añadido a la perfusión.

2. Dermatología.

5 ml de plasma marino en solución isotónica 3 veces por semana durante 1 o 2 semanas, 10 ml 3 veces por semana durante 1 semana, después 20 ml todos los días si es preciso hasta mejorar. Prolongar el tratamiento para reforzar el terreno después de la desaparición de síntomas. Al principio del tratamiento, el aumento de las dosis estará determinado esencialmente por la tolerancia del paciente. Ésta se nota con la salida del eczema. Si la tolerancia es buena, el aumento puede ser más rápido, y a la inversa. 20 ml de plasma marino en solución isotónica 3 veces por semana durante 1 semana; si la tolerancia es buena, 20 ml todos los días hasta mejorar. Como variación, para reforzar el terreno después de la desaparición de síntomas, 2 veces 10 ml de solución hipertónica bebible durante 21 días. El uso del plasma marino tiene una triple acción:
  1. Quemaduras de primer grado.

  2. Usar tantas veces como se necesite las pulverizaciones del pulverizador isotónico sobre las zonas afectadas. Cuando las superficies afectadas son importantes, se puede completar con la toma de 2 veces 10 ml por día de plasma marino en solución hipertónica.
    Quemaduras del sol: tan pronto como las sensaciones de calor y la aparición de rojez característica de la epidermis se manifiestan, pulverizar, cada cinco minutos aproximadamente con el pulverizador isotónico hasta la saturación de la absorción. El efecto calmante es inmediato. Se previene de esta manera las ampollas y la descamación por una exposición excesiva al sol. Según la importancia de la superficie expuesta, la cantidad de plasma marino en solución isotónica utilizada varía desde 50 a varias centenas de ml.
  3. Quemaduras de segundo grado.

  4. Si la quemadura está vendada, impregnar las compresas estériles con plasma marino isotónico. Si la quemadura no está vendada, pulverizar plasma marino isotónico a voluntad.
    Cuando las superficies afectadas son importantes, y más aún si existe riesgo de deshidratación, inyectar subcutáneamente. Las cantidades estarán determinadas por la importancia de la deshidratación eventual.
  5. Quemaduras de tercer grado.

  6. Impregnar todas las vendas con plasma marino isotónico. Inyectar subcutáneamente o practicar enemas de forma regular. Cuando las superficies afectadas son importantes, proceder a la perfusión con plasma marino isotónico.
3. Tratamiento de terreno.

Las enfermedades que aparecen a continuación son o pueden ser graves, incluso mortales. Para ellas el uso del plasma marino debe ser experimentado de una manera más precisa. Las experiencias hasta la fecha se muestran positivas pero son insuficientes para ser objeto de una publicación más completa.

El efecto del plasma marino consiste en paliar los efectos secundarios de terapias fuertes, y de las toxinas producidas por estas enfermedades. La importancia de su función en la terapia dependerá del estado fisiológico general y del grado de evolución de la enfermedad, en función de los principios de acción descritos antes. En la mayor parte de las enfermedades llamadas «de civilización» hay un desequilibrio mineral profundo.

Antes de administrar esta posología, la regla general es realizar 3 a 5 inyecciones de 10 ml un día de cada dos. Si la tolerancia es buena, añadir progresivamente la vía rectal. El umbral de tolerancia determina la rapidez de aumento de las dosis. Una mala tolerancia se percibe localmente por un picor y la formación de una bolsa subcutánea que muestra que ha habido una mala resorción en el momento de la inyección. Se nota en el estado general por una astenia y el despertar de patologías subyacentes. Estas señales confirman la necesidad del tratamiento con la ayuda de plasma marino que reestructura el terreno y produce estos efectos desagradables, pero también la mala adaptación de las posologías administradas. Hará falta, pues, retomar el tratamiento con una posología más ligera.

20 ml por vía subcutánea o rectal cada día durante 1 mes, después según la mejora pasar a 20 ml por vía subcutánea 3 veces por semana durante 3 meses.

  1. Déficit crónico de sales minerales y oligoelementos:

  2. 3 veces 10 ml de plasma marino en solución hipertónica, oral, durante 30 días. Repetir el tratamiento si es necesario.
  3. Hiponatremia aguda:

  4. Inyección intravenosa, adaptando la dosis según los resultados de los análisis.
Inyecciones: 2 veces 10 ml, después 2 veces 20 ml, por semana en inyecciones subcutáneas.

Bebible: 3 a 6 veces 10 ml de plasma marino en solución hipertónica por día durante 2 meses.***

4. Patologías digestivas.

20 ml 5 veces por día, vía rectal, hasta la mejora de la astenia y la vuelta del bienestar digestivo, con o sin inyecciones subcutáneas 3 veces por semana en función de la edad del paciente y de los hábitos del terapeuta. 20 ml 3 veces al día, vía rectal. Las dosis deben estar adaptadas a la deshidratación y a las consecuencias hemodinámicas, contribuyendo así a restablecer el lecho vascular. Alternar un biberón de leche con un biberón de plasma marino en solución hipertónica diluido al 10 % en agua. 20 ml al día, vía rectal, mientras duren los síntomas. En las patologías digestivas de otro tipo se tendría que estudiar las gastritis, ligadas entre otras cosas a los desequilibrios ácido-básicos; y los trastornos funcionales de las pancreatitis tanto agudas como crónicas, y de las discinesias biliares. 10 ml 3 veces por semana.

5. Neurología.

10 ml durante 3 días, después 20 a 50 ml 2 veces al día, vía rectal durante 8 días, después por vía subcutánea 3 veces por semana. La aceptación física y psíquica del tratamiento se tiene que seguir de cerca. 10 a 20 ml, vía subcutánea, todos los días durante 10 días. Si es necesario, alternar 10 días sin y 10 días con el tratamiento.

6. Patologías infecciosas.

20 ml,vía rectal, cada noche mientras dure la afección, después espaciar, 20 ml cada 3 días durante un mes. 10 a 20 ml al día, vía rectal, mientras dure la infección, después 20 ml cada 3 días durante 1 mes, complementado con drenaje sinusal con pulverizador de plasma marino en solución isotónica.

7. Reumatología.

8. Estética. Aplicación de la mesoterapia.
Parte anterior. - Parte siguiente.

free-news.org