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Uso del plasma marino.
No desarrollaré aquí el uso de la talasoterapia porque
necesitaría otro tipo de acercamiento y más especialmente
el de la kinesioterapia, la hidroterapia y la climatología. No voy
a mencionar más que muy brevemente las aplicaciones de las soluciones
masivas isotónicas inyectables, de las que en la actualidad no dispongo
de datos con la calidad y precisión necesarias para un estudio satisfactorio.
Este trabajo está en curso de realización. Otras publicaciones
se harán eco de él.
El plasma marino puede utilizarse en diferentes presentaciones galénicas:
-
Solución hipertónica (33%o) en dosis
de 10 ml: principalmente para vía oral y excepcionalmente para instilación
nasal.
-
Plasma marino en solución isotónica (9%o)
estéril, apirógena, en ampollas de 10 ml: inyección
subcutánea, intravenosa, mesoterapia, intrarrectal, vía oral
y cutánea.
-
Plasma marino en solución hipertónica (25 %o)
en pulverizador: pulverización cutánea y uso nasal.
-
Plasma marino en solución isotónica (9%o)
en pulverizador: pulverización cutánea y uso nasal.
Figura 11. Sistemas de producción (flechas
negras) o de protección (blancas) contra los radicales libres del
oxígeno (Chappuis, 1991).
Tabla 5. Función específica de
diversos oligoelementos en la respuesta inmunitaria y la inflamación.
Vías de absorción del plasma marino.
1. Uso externo: piel y mucosa nasal.
Los pulverizadores permiten una aplicación cutánea en
contacto directo con las zonas necesarias. No tiene un efecto significativo
en el equilibrio general del organismo, pero es muy eficaz localmente.
Se utiliza con una finalidad terapéutica o por comodidad e higiene.
El pulverizador isotónico se utiliza para hidratar la piel y
de las mucosas nasales, enjuagar las fosas nasales, el eczema seco, la
psoriasis, las quemaduras de primer y segundo grado, la limpieza del conducto
auditivo y la cicatrización.
El pulverizador hipertónico se utiliza por su acción astringente.
En el cuidado de la nariz y los senos asegura una acción de drenaje
muy interesante a causa de la gradiente presión osmótica
existente entre el pulverizador hipertónico al 25%o
y
el medio interno al 9%o. Después del uso del
pulverizador hipertónico es necesario efectuar un enjuague mediante
el pulverizador isotónico, que permita un restablecimiento inmediato
del equilibrio hidroelectrolítico y descarte el riesgo de una inflamación
por la sal que podría acarrear un uso prolongado sin enjuague.
La acción del pulverizador hipertónico está recomendada
en los casos de rinitis y de sinusitis. A nivel cutáneo se utiliza
en caso de eczemas purulentos.
El plasma marino isotónico también se utiliza para impregnar
las compresas para curar quemaduras ligeras y para instilación nasal.
2. Vía oral.
Para este uso, la forma más recomendada es la solución
hipertónica en ampollas. El aporte cuantitativo es mayor y el coste
menos elevado que la isotónica. Hay dos tomas posibles: conservando
la solución en la boca durante uno a dos minutos y bebiendo un vaso
de agua a continuación a fin de facilitar la asimilación;
o bebiendo un vaso de agua en el que se haya diluido 10 ml. Para los recién
nacidos, se añade unos mililitros de plasma hipertónico en
el biberón, el 10% de su volumen, no más.
Beberlo es más fácil que inyectarlo y preferible para
la recarga mineral, para las astenias y anemias benignas, terrenos ligeramente
debilitados y como complemento para la mayoría de los tratamientos
del terreno así como asociarlo a la ingestión de oligoelementos.
La vía oral se utiliza frecuentemente como complemento o como
segundo paso para tratamientos por inyección subcutánea,
intravenosa e intrarrectales. Como complemento alimenticio es de gran valor:
completo, equilibrado, asimilable e inductor del equilibrio mineral. Es
recomendable tanto en caso de acidosis como de alcalosis. La vía
oral está también especialmente adaptada para la regeneración
de las mucosas intestinales.
3. Inyección subcutánea.
La inyección subcutánea es el modo de absorción
escogido cuando se quiere inducir una modificación del terreno con
la ayuda del plasma marino isotónico. Las dosis deben ser adecuadas
porque éste actúa como un espejo del estado del medio interno:
revela las debilidades del terreno. El arte de la posología será
actuar con moderación a fin de inducir una transformación
progresiva, determinando la duración y las cantidades necesarias
para alcanzar la dosis modificadora del terreno. Por regla general y exceptuando
una intervención de urgencia (desequilibrio hídrico, tifus,
cólera, diarreas, desnutrición crítica), cuanto mayor
sea el desequilibrio del organismo, más reducidas deben ser las
dosis iniciales. En la práctica, la transformación progresiva
del terreno se comprueba por la aceptación perfecta de dosis mayores.
Las inyecciones de plasma marino isotónico son generalmente indoloras
en el momento de la inyección. Si los volúmenes son grandes,
se forma una bolsa ubcutánea que se reabsorbe rápidamente
dejando localmente una ligera sensibilidad durante uno o dos días.
Las inyecciones son apirógenas. Las inyecciones subcutáneas
se practican generalmente frente al omóplato o en la pared abdominal,
algunas veces en el brazo o en el muslo según la preferencia emocional
del paciente.
4. Inyección intravenosa.
Al ser la sangre el tejido más ligado al medio interno, es especialmente
receptiva a su acción terapéutica y un vector extremadamente
rápido para su asimilación. Se escoge, pues, el uso de inyección
intravenosa en todas las afecciones que conciernen a los tejidos sanguíneos,
trastornos funcionales, desequilibrio del pH sanguíneo, en caso
de alcalosis o acidosis y en enfermedades degenerativas de la sangre. Solamente
en el caso de la anemia benigna el uso de plasma marino en solución
hipertónica se muestra suficiente y más práctico.
Como permite una asimilación muy rápida del plasma marino,
se elige la inyección intravenosa en todos los casos de urgencia
como la hiponatremia extrema y los shocks hemorrágicos y operatorios.
En caso de colapso a consecuencia de una deshidratación, primero
se da una inyección subcutánea masiva, sustituyéndose
el producto clásico de rehidratación por plasma marino en
solución isotónica, con una posología equivalente.
El uso de inyecciones intravenosas masivas aún no ha se ha vuelto
a experimentar. Cuando se haya experimentado de nuevo, publicaciones futuras
desarrollarán ampliamente este tema.
5. Vía rectal.
La vía rectal presenta diferentes ventajas: por una parte es
fácil de aplicar, por otra la asimilación a través
de la mucosa rectal es particularmente inmediata. Es la vía de absorción
que más rápidamente afecta al tono físico. Esta vía
de asimilación está indicada para todos los casos de urgencia
e infecciones. Permite por ejemplo dar un impulso energético fugaz
a los niños que presentan enfermedades infecciosas de repetición
y que no acaban de conseguir un equilibrio satisfactorio. Puede elegirse
para un tratamiento del terreno prolongado, administrado en pequeñas
dosis.
El uso rectal se realiza mediante una pera de lavativa clásica.
La vía rectal sustituye a las inyecciones intravenosas y subcutáneas
en los casos de pacientes refractarios a las inyecciones. En este caso
se utiliza dosis similares pero prestando especial atención a las
reacciones provocadas por las primeras tomas a fin de evitar cualquier
efecto secundario desagradable.
6. Mesoterapia.
Las microinyecciones están especialmente indicadas en reumatología
y dermatología. Este tipo de aplicación se adapta bien a
los problemas situados sobre la columna vertebral y las articulaciones
mayores. En caso de afecciones en los dedos, aunque eficaz, la mesoterapia
puede resultar dolorosa, no por el hecho del plasma marino sino por la
práctica de las microinyecciones. Están estudiándose
otros métodos de administración, como la ionocinesis.
Posologías según el tipo de afección.
Las posologías resumidas a continuación son los resultados
de mi experimentación médica estos últimos años.
Mis propuestas son innovadoras puesto que no existía ningún
otro trabajo respecto la aplicación intrarrectal, por ejemplo. Así
pues, esta lista de posologías e indicaciones no pretende ser exhaustiva
y necesita más estudios, en particular sobre la administración
de grandes dosis y una comparación en profundidad entre las diferentes
vías de absorción. No existen contraindicaciones conocidas,
ni incompatibilidad con otros tratamientos.
Sin embargo hay que observar ciertas precauciones de empleo. La más
importante es proscribir las inyecciones masivas en las personas que padezcan
epilepsia, como había señalado René Quinton a principios
de siglo. El uso de pequeños volúmenes (10 ml) con aumento
progresivo de la dosis no parece generar efectos secundarios. Tengo una
experiencia limitada sobre el uso de plasma marino en epilépticos.
Por regla general, el uso de dosis excesivas al comienzo del tratamiento
resalta las carencias del terreno. Por tanto hace falta dosificar el tratamiento
en el tiempo y evitar una reestructuración del medio interno demasiado
rápida. Es necesario vigilar especialmente la posología en
casos de terrenos profundamente debilitados, por ejemplo acompañados
de úlceras varicosas y, en general, en todas las degradaciones importantes
del sistema circulatorio.
1. Obstetricia. Pediatría.
-
Astenia de la mujer embarazada.
De 1 a 2 veces 10 ml de plasma marino hipertónico todos los días
durante todo el embarazo.
-
Astenia profunda, vómitos, problemas circulatorios, anemia benigna,
hipotrofia fetal.
10 ml de plasma marino en solución isotónica 3 veces por
semana, luego 10 a 20 ml a lo largo de los primeros meses de embarazo.
En caso de deficiencia profunda del terreno, aplicar el tratamiento al
menos durante 3 meses. Se puede hacer un cambio a plasma marino en solución
hipertónica bebible. La vía rectal es demasiado violenta
si está mal dosificada. En caso de rechazo a las inyecciones, la
administración rectal debe hacerse en dosis menores, aumentándolas
progresivamente.
-
Tratamiento prenatal. Retraso en el crecimiento intrauterino.
10 ml de plasma marino en solución isotónica 3 veces por
semana, después de 10 a 20 ml a lo l a rgo de los primeros meses
del embarazo.
Precisiones:
-
En todos los casos relacionados con el terreno maternal: delgadez, talla,
malnutrición, ingestión tóxica (tabaco, alcohol, drogas):
El plasma marino en solución isotónica y el plasma marino
en solución hipertónica utilizado como relevo constituyen
un tratamiento fundamental. Se aplica la misma posología y, según
la gravedad del caso y la tolerancia del tratamiento, las dosis pueden
llegar hasta 30 o 40 ml por inyección.
-
En casos de retraso debido a una malformación ginecológica:
El plasma marino en solución isotónica ayuda a disminuir
los efectos secundarios de estos problemas en el feto.
-
En caso de retraso de crecimiento debido a patologías fetales primarias
y particularmente en caso de patologías infecciosas:
Empezar con una dosis similar y después aumentar hasta 4 veces
por semana. Vigilar el estreñimiento de la madre indicándole
la dosis más eficaz.
-
Parto, depresión postparto, astenia, anemia benigna.
De 10 a 20 ml por día por vía subcutánea hasta que
mejore, después 3 veces por semana.
-
Hipotrofia del recién nacido.
Hipotrofia: recién nacido de poco peso, por causa habitualmente
nutricional. 10 ml todos los días, los casos graves; 2 veces al
día en tratamientos prolongados.
El plasma marino en solución isotónica está particularmente
bien indicado. 10 ml, después 2 veces 10 ml, incluso 2 veces 20
ml todos los días vía subcutánea, rectal o añadido
a la perfusión.
2. Dermatología.
5 ml de plasma marino en solución isotónica 3 veces por semana
durante 1 o 2 semanas, 10 ml 3 veces por semana durante 1 semana, después
20 ml todos los días si es preciso hasta mejorar. Prolongar el tratamiento
para reforzar el terreno después de la desaparición de síntomas.
Al principio del tratamiento, el aumento de las dosis estará determinado
esencialmente por la tolerancia del paciente. Ésta se nota con la
salida del eczema. Si la tolerancia es buena, el aumento puede ser más
rápido, y a la inversa.
-
Psoriasis, urticaria dermatitis infecciosas, herpes, alergias, acné,
forúnculos.
20 ml de plasma marino en solución isotónica 3 veces por
semana durante 1 semana; si la tolerancia es buena, 20 ml todos los días
hasta mejorar. Como variación, para reforzar el terreno después
de la desaparición de síntomas, 2 veces 10 ml de solución
hipertónica bebible durante 21 días.
El uso del plasma marino tiene una triple acción:
-
complementar el consumo de minerales.
-
compensar la deficiencia hídrica.
-
estimular la regeneración celular para acelerar la cicatrización
y mejorar su calidad.
-
Quemaduras de primer grado.
Usar tantas veces como se necesite las pulverizaciones del pulverizador
isotónico sobre las zonas afectadas. Cuando las superficies afectadas
son importantes, se puede completar con la toma de 2 veces 10 ml por día
de plasma marino en solución hipertónica.
Quemaduras del sol: tan pronto como las sensaciones de calor
y la aparición de rojez característica de la epidermis se
manifiestan, pulverizar, cada cinco minutos aproximadamente con el pulverizador
isotónico hasta la saturación de la absorción. El
efecto calmante es inmediato. Se previene de esta manera las ampollas y
la descamación por una exposición excesiva al sol. Según
la importancia de la superficie expuesta, la cantidad de plasma marino
en solución isotónica utilizada varía desde 50 a varias
centenas de ml.
-
Quemaduras de segundo grado.
Si la quemadura está vendada, impregnar las compresas estériles
con plasma marino isotónico. Si la quemadura no está vendada,
pulverizar plasma marino isotónico a voluntad.
Cuando las superficies afectadas son importantes, y más aún
si existe riesgo de deshidratación, inyectar subcutáneamente.
Las cantidades estarán determinadas por la importancia de la deshidratación
eventual.
-
Quemaduras de tercer grado.
Impregnar todas las vendas con plasma marino isotónico. Inyectar
subcutáneamente o practicar enemas de forma regular. Cuando las
superficies afectadas son importantes, proceder a la perfusión con
plasma marino isotónico.
3. Tratamiento de terreno.
Las enfermedades que aparecen a continuación son o pueden ser
graves, incluso mortales. Para ellas el uso del plasma marino debe ser
experimentado de una manera más precisa. Las experiencias hasta
la fecha se muestran positivas pero son insuficientes para ser objeto de
una publicación más completa.
El efecto del plasma marino consiste en paliar los efectos secundarios
de terapias fuertes, y de las toxinas producidas por estas enfermedades.
La importancia de su función en la terapia dependerá del
estado fisiológico general y del grado de evolución de la
enfermedad, en función de los principios de acción descritos
antes. En la mayor parte de las enfermedades llamadas «de civilización»
hay un desequilibrio mineral profundo.
-
Autoinmunodeficiencias, anemias, esclerosis múltiple.
Antes de administrar esta posología, la regla general es realizar
3 a 5 inyecciones de 10 ml un día de cada dos. Si la tolerancia
es buena, añadir progresivamente la vía rectal. El umbral
de tolerancia determina la rapidez de aumento de las dosis. Una mala tolerancia
se percibe localmente por un picor y la formación de una bolsa subcutánea
que muestra que ha habido una mala resorción en el momento de la
inyección. Se nota en el estado general por una astenia y el despertar
de patologías subyacentes. Estas señales confirman la necesidad
del tratamiento con la ayuda de plasma marino que reestructura el terreno
y produce estos efectos desagradables, pero también la mala adaptación
de las posologías administradas. Hará falta, pues, retomar
el tratamiento con una posología más ligera.
20 ml por vía subcutánea o rectal cada día durante
1 mes, después según la mejora pasar a 20 ml por vía
subcutánea 3 veces por semana durante 3 meses.
-
Déficit crónico de sales minerales y oligoelementos:
3 veces 10 ml de plasma marino en solución hipertónica,
oral, durante 30 días. Repetir el tratamiento si es necesario.
-
Hiponatremia aguda:
Inyección intravenosa, adaptando la dosis según los resultados
de los análisis.
-
Terreno deficiente: anemia y su comitiva funcional, convalecencia de
enfermedades infecciosas, astenia.
Inyecciones: 2 veces 10 ml, después 2 veces 20 ml, por semana en
inyecciones subcutáneas.
Bebible: 3 a 6 veces 10 ml de plasma marino en solución hipertónica
por día durante 2 meses.***
4. Patologías digestivas.
20 ml 5 veces por día, vía rectal, hasta la mejora de la
astenia y la vuelta del bienestar digestivo, con o sin inyecciones subcutáneas
3 veces por semana en función de la edad del paciente y de los hábitos
del terapeuta.
-
Trastornos hepáticos funcionales.
20 ml 3 veces al día, vía rectal.
Las dosis deben estar adaptadas a la deshidratación y a las consecuencias
hemodinámicas, contribuyendo así a restablecer el lecho vascular.
-
Diarreas agudas del adulto: 100 ml 2 veces al día por vía
subcutánea. Es la posología dada por Jarricot. No la hemos
vuelto a experimentar.
-
Las diarreas virales temporales agudas del recién nacido así
como las diarreas coleriformes tienen un tratamiento adaptado al grado
de deshidratación:
-
Deshidratación inferior al 10 %: 50 a 100 ml de plasma marino en
solución isotónica absorbido por vía bucal según
el deseo (o la necesidad) del niño.
-
Deshidratación superior al 10 % e intolerancia digestiva aguda (vómitos,
rechazo a beber): perfusión.
-
Deshidratación superior al 15 %: perfusión y posteriormente
tratar el colapso y la acidosis. El colapso y la acidosis pueden ser tratados
con inyecciones subcutáneas grandes, cuyo volumen esté determinado
por la corpulencia del individuo y la gravedad del caso.
-
Diarreas crónicas ligadas a la desnutrición: 20 a 50 ml por
día cada 3 días. Efectuar al menos 15 inyecciones en total.
-
Vómitos del recién nacido.
Alternar un biberón de leche con un biberón de plasma marino
en solución hipertónica diluido al 10 % en agua.
-
Trastornos digestivos, dispepsias.
20 ml al día, vía rectal, mientras duren los síntomas.
-
Estreñimiento crónico del recién nacido: 20 ml por
día vía rectal; del adulto: 20 ml 2 veces al día vía
rectal.
En las patologías digestivas de otro tipo se tendría que
estudiar las gastritis, ligadas entre otras cosas a los desequilibrios
ácido-básicos; y los trastornos funcionales de las pancreatitis
tanto agudas como crónicas, y de las discinesias biliares. 10 ml
3 veces por semana.
5. Neurología.
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Astenias profundas y estados depresivos.
10 ml durante 3 días, después 20 a 50 ml 2 veces al día,
vía rectal durante 8 días, después por vía
subcutánea 3 veces por semana. La aceptación física
y psíquica del tratamiento se tiene que seguir de cerca.
10 a 20 ml, vía subcutánea, todos los días durante
10 días. Si es necesario, alternar 10 días sin y 10 días
con el tratamiento.
6. Patologías infecciosas.
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Patologías broncopulmonares: bronquitis, asma.
20 ml,vía rectal, cada noche mientras dure la afección, después
espaciar, 20 ml cada 3 días durante un mes.
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Patologías ORL: rinofaringitis, otitis (niños hasta 7 años),
sinusitis, anginas agudas o crónicas.
10 a 20 ml al día, vía rectal, mientras dure la infección,
después 20 ml cada 3 días durante 1 mes, complementado con
drenaje sinusal con pulverizador de plasma marino en solución isotónica.
7. Reumatología.
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Artrosis, artritis, reumatismo, reumatismo articular agudo, poliartritis,
calambres, mialgias.
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20 ml al día, vía subcutánea, durante 10 días,
después 20 ml vía subcutánea 3 veces a la semana hasta
mejorar.
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Mesoterapia: el uso del plasma marino isotónico dependerá
de la experiencia del terapeuta.
8. Estética.
Aplicación de la mesoterapia.
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Ayuda a tratamientos específicos utilizados en función
de la experiencia del terapeuta.
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En asociación con estos tratamientos.
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En tratamiento de terreno: 10 ml 3 veces a la semana, vía subcutánea.
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Hidratación diaria con plasma marino en solución isotónica.
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