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Capítulo XIII.

«The Ecologist» en castellano.
Los archivos de Monsanto.

¿Podrán sobrevivir los mamíferos marinos a los PCBs?.

por Joseph E. Cummins.

En sus últimos anuncios, Monsanto nos asegura que el medio ambiente mundial es una de sus máximas prioridades. Pero esto lo desmiente su historial. Sus productos han sido y son la causa de una gran destrucción ambiental en su sentido más amplio. Entre otras cosas, Monsanto es el principal responsable de que los mamíferos marinos del mundo estén en peligro de extinción.

Etiqueta de producto PCB.En 1929, la empresa Swann Corporation, la cual más tarde formó parte de Monsanto, comenzó a fabricar bifenilos policlorados (PCBs) para uso comercial. Los PCBs son líquidos aceitosos que conducen el calor pero no la electricidad. Como tales, podían ser utilizados como fluidos dieléctricos (aislantes) en electrodomésticos y fueron muy utilizados en todo tipo de aplicaciones desde equipos hidráulicos hasta agentes desengrasantes para submarinos nucleares.

De hecho, Monsanto o bien ha producido o ha cedido las licencias de producción de todos los PCBs del mundo, a excepción de una pequeña fracción, y es responsable de la liberación masiva de 1,2 millones de toneladas de estas sustancias químicas mortales por todo el mundo.

Aunque la empresa era consciente de los efectos nocivos para trabajadores expuestos a PCBs ya a finales de la década de los 301,2,3,4,  Monsanto continuó produciéndolos masivamente durante décadas hasta que se produjo, 30 años después, una alarma sanitaria con respecto de los PCBs de gran repercusión pública, que alertó a los políticos sobre la peligrosa naturaleza de estas sustancias químicas. Las noticias a partir de entonces sólo han empeorado.

En 1968, 1.300 residentes de Kyush, Japón, enfermaron tras comer arroz contaminado con PCBs. Posteriormente, muchas de las mujeres afectadas dieron a luz niños con graves defectos.

En 1969, la revista New Scientist publicó un informe que revelaba la capacidad de los PCBs para «bioacumularse a lo largo de la cadena alimenticia5». Las sustancias químicas, que tardan muchos años en biodegradarse, atraviesan fácilmente los lípidos de las membranas celulares y son rápidamente absorbidas por los tejidos grasos de los mamíferos. Los animales situados más arriba en la cadena trófica, como las ballenas, los osos polares, los delfines y los seres humanos, pueden almacenar niveles con elevadas concentraciones de PCBs. El resultado ha sido una terrorífica colección de efectos adversos.

En 1995, se reveló6 que las mujeres que habían consumido pescado proveniente de las aguas contaminadas de los Grandes Lagos, Canadá, habían dado a luz niños con una propensión inusualmente elevada a infecciones bacterianas. También se demostró que los PCBs dañaban los nervios del cerebro de los fetos de mamíferos en desarrollo, dando lugar a defectos en el comportamiento y en el aprendizaje.

Los cánceres, particularmente los melanomas malignos7, están claramente relacionados con el envenenamiento por PCBs. En Ontario, el Estado indemniza a las víctimas, por los efectos perjudiciales de estas toxinas. Además, se ha comprobado que la contaminación por PCBs provoca deficiencias en las defensas inmunológicas, hipertensión y apoplejías.

Inicialmente, se dio por hecho que la mayor acumulación de PCBs se producía en los lugares más cercanos a las fuentes de contaminación. Sin embargo, en 1988, la revista Environmental Pollution publicó un artículo revelando la dimensión de la contaminación que sufren los mamíferos marinos8. Los delfines, las ballenas y las marsopas contenían niveles de PCBs que excedían en mucho a sus homólogos terrestres. Los delfines del mediterráneo, por ejemplo, tenían 833 partes por millón en sus tejidos grasos -aproximadamente 17 veces más del nivel requerido para que un producto tenga que ir etiquetado y manipulado como residuo tóxico-.

También se descubrió que los mamíferos marinos tenían una sensibilidad predeterminada genéticamente a daños reproductivos que habían sido inducidos por los PCBs9,10: una sensibilidad que únicamente una de cada diez personas de origen europeo lo comparte11. Las sustancias químicas que simulan a las hormonas de los mamíferos representan una verdadera amenaza para la extinción de estos animales.

Acumulación en los Polos.

Las revelaciones de que los PCBs hayan estado realmente condensándose en los polos de la Tierra, donde no existe actividad industrial significativa, provocó inquietud en el gobierno, a la vez que una verdadera preocupación en las poblaciones polares. El Polo Norte ha sido mucho más afectado, como consecuencia de la mayor actividad industrial en el hemisferio Norte. En 1998, por ejemplo, se encontraron PCBs en concentraciones cinco veces superiores en las focas anilladas de la Noruega Ártica que en las focas del Canadá Ártico12. Durante los últimos tres años, el Norwegian Polar Institute está encontrando osos polares con ambos órganos sexuales, masculinos y femeninos13. Este año, se han visto 4 oseznos hermafroditas -el número más alto, hasta el momento- y los investigadores temen que hasta un 4% de los osos esten afectados. El Asesor Especial Noruego en asuntos polares ha destacado las implicaciones que estos descubrimientos tienen para otras formas de vida, incluyendo los seres humanos: «El oso polar, como nosotros, se encuentra en la parte más alta de la cadena alimenticia. Estamos muy preocupados14».

Los mamíferos marinos pueden acumular niveles de concentración de PCBs muy elevados. Los resultados han sido catastróficos.Los mamíferos marinos pueden acumular niveles de concentración de PCBs muy elevados. Los resultados han sido catastróficos.

Las poblaciones Árticas nativas tienen pocas opciones salvo que la de comer los alimentos que le proporciona su medio ambiente. Pero la sobredosis tóxica que los acompañan está causando enfermedades inevitables. Por ejemplo, los niños de Groenlandia, debido, al menos en parte, a los PCBs, se les administra entre dos y tres veces más medicamentos de prescripción que a los niños en Suecia, Noruega y EE.UU. Existen también en ese país muchos casos documentados de un aumento en las alteraciones reproductivas 15,16,17,18,19,20.

A pesar de existir una causa obvia de alarma, las autoridades del Territorio Noroeste de Canadá emitieron recientemente un engañoso informe público, que afirmaba que la sangre tomada de un grupo de bebés recién nacidos contenía menos PCBs que la media nacional Canadiense. Sin embargo, un examen más detallado de los datos mostraba que los niveles de PCBs en los bebés del Territorio del Norte eran en realidad significativamente más elevados que la media nacional21 -una clara revelación de la creciente tendencia de los burócratas canadienses de manipular estudios científicos para satisfacer sus necesidades y deseos más inmediatos-.

Monsanto.Aunque los PCBs han sido prohibidos en muchos países, las investigaciones sugieren que el 20 por ciento de las 1,2 millones de toneladas producidas están actualmente contaminando los océanos del mundo22. El comité del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente está por iniciar negociaciones entre 120 estados para la prohibición legal a escala global de 12 contaminantes orgánicos persistentes, incluyendo los PCBs. Este acuerdo global se necesita desesperadamente, aunque viene con mucho retraso. Además, ¿quién va a pagar por una destrucción segura y por la sustitución de los PCBs existentes en todo el mundo, en concreto de las 180.000 toneladas que hay en el Tercer Mundo?. Quizá Monsanto, siendo el primer productor de PCBs del mundo y quien más beneficios ha obtenido, debería empezar a saldar sus cuentas con los ecosistemas Árticos. Sin duda, haría que su nueva imagen, de defensor medioambiental, fuera más creíble.


Joseph E. Cummins es Profesor Emérito de Genética, University of Western Ontario, Londres, Ontario, Canadá. Correo electrónico: jcummins@julian.uwo.ca.

Referencias:

1Montague, P., «As the story of PCB Unfolds», Hazardous Waste News No. 293, 1992.
2Montague, P., «The History of Chlorinated Diphenyl (PCBs) - Part 1», Hazardous Waste News, número 327, 1993.
3Montague, P., «How we got here - Part 2», Hazardous Waste News, número 329, 1993.
4Montague, P., «Thanks to Monsanto», Hazardous Waste News, número 144, 1989.
5Jensen, S., «Report on a new chemical hazard», New Scientist 32, 612, 1966.
6Tryphonas, H., «Immunotoxicity of PCBs in relation to the Great Lakes», Environmental Health Perspectives, 103, Suppl. 9, página 35.
7Loomis, D., Browning, S., Schenk, A., Gregory, E. and Savitz, D. «Cancer mortality among electric utility workers exposed to polychlorinate biphenyls», Occupational Environmental Medicine, 54, páginas 720-8, 1997.
8Tanabe, S., «PCB problems in the future», Environmental Pollution, 50, páginas 5-28, 1988.
9Reijnders, P., «Reproductive failure in common seals feeding on fish from polluted coastal waters», Nature 324, páginas 456-7, 1986.
10Subramanian, A., Tanabe, S., Tatsukaura, R., Sairo, N. and Miyanznki, N., «Reduction in the testosterone levels by PCBs and DDE in Dalls' porpoises», Marine Pollution Bulletinm 18 páginas 643-646, 1987: and Subremanian, A. Tanabe, S., and Tarsukaaura, R., «Use of Organochlorides as chemicla tracers in determining reproductive parameters in Dalls' porpoisees», Marine Environment, 1988.
11Tanabe, S., op. Cit 8.
12Wolkers, J., Burkow, I., Lydersen, C., Dahle, S., Monshouwer, M. and Witkamp, R. «Congener specific PCB and pnd polchlorinated camphene in Svalbard ringed seals», Sci Total Environ 216, páginas 1-11, 1998.
13Nuttall, N., «Pollutants blamed for dual-sex polars bears», The Times, June 1, 1998.
14Dewailly, E., Ayotte, P., Bruneau, S., Lalibert, C., Muir, D. and Norstrom, R., «Inuit exposure to organochloride through the aquatic food chain in arctic Quebec», Environmental Health Perspectives, 101, páginas 618-20, 1993.
15Dewailly, E., Ryan, J., Lalibert, C., Bruneau, S., Weber, J., Gingras, S. and Carrier, G., «Exposure of remote maritime populations to coplanar PCBs», Environmental Health Perspectives 102 Suppl. 1, páginas 205-9, 1994.
16Ayotte, P., Dewailly, E., Bruneau, S., Careeau, H. and Vezina, A., «Artic air pollution and human health», Sci Total Environ, páginas 160-161, páginas. 529-37, 1995.
17Mulvad, G., Pedersen, H., Hansen, J., Dewailly, E., Jul, E., Pedersen, M., Deguchi, Y., Newman, W., Malcom, G., Tracy, R., Middasugh, J. and Bjerregaard, P., «The Inuit diet», Arctic Med. Res. 55, Suppl. Incineración, páginas 20-4, 1996.
18Ayotte, P., Carrier, G. and Dewailly, E., «Health risk assessment for Inuit newborn», Chemosphere 32, páginas 531-42, 1996.
19Ayotte, P., Dewailly, E., Ryan, J., Bruneau, S. and Lebel, G., «PCBs and dioxin-like-compounds in plasma of adult Inuit living in Nunavik», Chemosphere 34, páginas 1459-68, 1997.
20Dewailly, E., Ayotte, P., Blanchet, C., Grodin, J., Bruneau, S., Holub, B. and Carrier, G., «Weighing contaminant risks and nutrient benefits of country food in Nunavik», Arctic Med. Res. 55, Suppl. I, páginas 13-19, 1996.
21Canadian Polar Commission Polaris Papers 10, «The Environment and Human Health in the Arctic Polaris», páginas 1-15, 1996.
22Cummins, J. E., «Extinction: The PCB threat to marine mammals», The Ecologist, volumen 18, número 6, 1988. See also the NAFTA CEE papers: «Status of PCB Management in North America, 40 páginas, 1996; «PCB Regional Action Plan», 33 páginas, 1996; «Transboundary Considerations for PCB Waste, Transport and Disposal», 22 páginas, 1996; «Regional Action Plan», 28 páginas, 1996.
 

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