Diario 16. Lunes, 3 de diciembre de 1984.

El doctor Muro fue el primero, y ello le costó el cargo de director del Hospital del Rey.
Cada vez más científicos afirman que el síndrome tóxico no fue causado por el aceite de colza.

La publicación ayer por Diario 16, de una entrevista exclusiva con el profesor Luís Frontela obliga a reflexionar una vez más sobre las causas de la enfermedad del síndrome tóxico. Son ya 352 las víctimas mortales y más de 24.000 los enfermos, de los que actualmente permanecen hospitalizados 19: uno está en la UVI y la mayoría necesita vigilancia médica. Aún hoy, tres años y medio después de detectado el primer caso, se desconocen los motivos de la enfermedad y todavía se discute cual fue el vehículo causante del envenenamiento.

Luís Frontela Carreras.
Luís Frontela Carreras.

Gustavo Catalán./Diario 16.

Madrid. El catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Sevilla comenzó unas investigaciones a petición de un abogado, y está a punto de lograr aislar en su laboratorio y sin ninguna ayuda el agente del síndrome tóxico. Sus estudios le han llevado a la misma conclusión que hace años mantiene el doctor Muro y que le costó el cese de su cargo como director del Hospital del Rey. Ambos, sin ponerse de acuerdo y por líneas de investigación distintas y lejanas en el tiempo, afirman que la causa del envenenamiento masivo no vino por consumo del aceite de colza y las diferentes mezclas que contenía y sí, sin embargo, de la aplicación descontrolada por parte de algún agricultor del Nemacur, un insecticida muy tóxico.

Antonio Muro Fernández Cavada.
Antonio Muro Fernández Cavada.

El Nemacur, comercializado en muchos países, incluido España, es un insecticida clasificado por la propia Administración en el grupo C (gran toxicidad). El insecticida es muy caro y eficaz. Hace sólo unos años se puso a la venta en España, coincidiendo en el tiempo con la aparición de la enfermedad. Está indicado en la lucha contra los insectos y los nematodos del suelo, y sus instrucciones advierten que debe ser utilizado meses antes de cultivar la tierra. El Nemacur es de venta libre, aunque tiendas especializadas en las que se comercializan estos productos están obligadas a llevar un libro ofìcial del movimiento de ventas del insecticida.

El doctor Antonio Muro llegó a su conclusión sembrando unos tomates una semana después de usar el insecticida. El profesor Luís Frontela ha llegado a la misma conclusión usando el insecticida en unos pimientos, antes de proceder a su recolección. Unas cobayas inyectadas con alimentos procedentes de los pimientos han reproducido casi exactamente los síntomas del síndrome tóxico, muriendo y enfermando muchas de ellas.

Otros coinciden.

Pero no sólo estos dos investigadores han llegado a la misma conclusión. El doctor José Baguena, jefe del departamento de medicina interna de la Ciudad Sanitaria La Fe, de Valencia, afirmaba hace unos meses que el causante de la enfermedad era también un insecticida que se llama Parakual, que según él, se debió mezclar con el aceite de colza en algún tanque, o en algún transporte, envenenado a los afectados. Llegaba a esta conclusión después de investigar durante tres años y recopilar 200 coincidencias clínicas, analíticas, morfológicas y evolutivas entre el síndrome tóxico y la intoxicación con Parakual detectada entre agricultores valencianos, lugar donde apenas tuvo incidencia la enfermedad del síndrome tóxico.

Incluso, dentro del Plan Nacional del Síndrome Tóxico, comisión oficial investigadora sobre las causas del envenenamiento masivo, se han producido a lo largo del tiempo numerosas disidencias, que han determinado o la dimisión de importantes científicos o el cese de otros.

Hace unos meses nada más, con ocasión de las reuniones que mantuvieron en Madrid los responsables de esta comisión con científicos de la Organización Mundial de la Salud, dos altos responsables dimitieron porque consideraban que se les había negado información sobre determinadas pruebas con aceites minerales.

Pero aún más significativo es que los investigadores Javier Martínez Ruiz y María Jesús Clavera Ortiz fueran cesados de la comisión investigadora del Plan Nacional del Síndrome Tóxico, por mantener la tesis de que el envenenamiento no tenía su origen en el consumo de aceite, coincidente con las tesis del doctor Muro y de Luis Frontela.

Doctores Javier Martínez Ruíz y María Jesús Clavera.
Doctores Javier Martínez Ruíz y María Jesús Clavera.

Cesados.

Javier Martínez y María Jesús Clavera no llegaron a la conclusión de que fuera un insecticida la causa, porque simplemente su disensión primaria, no coincidente con la oficial, les lleva a ser apartados de la investigación, que comenzaron el verano de 1983.

Lo curioso del tema es que todos los investigadores que se han atrevido a no mantener las tesis oficiales y que su trabajo dependía de la Administración han sido cesados o apartados por las altas instancias, sin haber podido continuar sus investigaciones.

World Health Organization (WHO).Mientras, el Plan Nacional del Síndrome Tóxico y la OMS siguen en su línea de investigación, basando sus tesis en que el envenenamiento se produjo por algún agente tóxico distribuido a través del aceite. La realidad es que tres años y medio después de lo ocurrido todavía no han conseguido saber cuál ha sido la causa real del envenenamiento y, por ende, no saben las medicinas o los medios que hay que utilizar para sacar de su calvario a los miles de enfermos que aún colean por el país.

Pero hay más. El enorme sumario abierto a raíz del síndrome tóxico contiene más de cien mil folios capaces de sepultar entre papeles al propio juez de la causa, Alfonso Barcala y, por supuesto, a los empresarios procesados y que todavía se encuentran en la cárcel inculpados, en mayor o menor medida, de ser los responsables del envenenamiento.

El propio doctor Muro, disidente desde el principio de la teoría del aceite, afirma que las personas que hay en la cárcel son inocentes y de que ya va siendo hora de que la comisión oficial investigadora cambie de línea o al menos también investigue sobre lo que él y otros afirman.

Sólo un cambio de actitud por parte del Plan Nacional del Sindrome Tóxico llevará a resultados más esperanzadores de los hasta el momento conseguidos.

La propia Carmen Salanueva, directora del Plan Nacional del Síndrome, afirmaba en mayo que los epidemiólogos se encuentran divididos sobre el origen de la enfermedad y que, «si no ha sido el aceite, se dirá».


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