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5.2.2. Primero hay que preservar nuestro ser.

5.2.2.1. Antropólogos y ONGs deben defender las etnomedicinas.

Sino luchamos por ellas y las defendemos del acoso de las Multinacionales farmacéuticas, las Etno-Medicinas son «especies en extinción». Un movimiento de reacción popular estilo GreenPeace deberá surgir en todo el mundo para preservar los reservorios de conocimiento fitoterapéuticos asi como nuestra médico-diversidad; y todas las ONGs con Conciencia deberían apoyar este empeño.

En el Primer Mundo, la apisonadora cultural y educativa impuesta por la Tecno-Medicina hace decenios que lo logró: se perdió la memoria histórica de los (variadísimos, bio-respetuosos y baratos) usos terapéuticos que ofrecía la madre Naturaleza. Al igual que una vez matada la flora intestinal (por el uso de antibióticos continuados) el tubo digestivo queda expuesto a la colonización por hongos que, sin competidores bacterianos, se propagan, produciendo mala absorción y diarreas... una vez desaparecidas las «especies» etno-médicas en el Primer Mundo, la población ha quedado en el Primer Mundo a merced de las Multinacionales farmacéuticas.

Cuando las Multinacionales farmacéuticas logran anular a sus competidores alternativos, pueden «vender» a su antojo los fármacos (productos de síntesis, es decir: derivados del petróleo en la mayoría de los casos) que, con su típica y seductora contundencia, suprimen síntomas (pero no causas primeras) hoy y, además, producen los llamados «efectos secundarios» mañana. Como los «efectos secundarios» pasan a ser ocultados artificialmente con más fármacos, ese «pan para hoy y hambre para mañana» genera un ciclo auto-alimentado bastante interesante para la «fidelización» del mercado y muy productivo a la hora de las cuentas de resultados de la Industria Farmacéutica, pero muy poco interesante y productivo para la salud poblacional.

La «ciencia» y «técnica» sin conciencia han generado poderosos medios de comunicacion de masas («mass-media») que la mayoría de las veces también lo son de conformación y homogenización de masas, pero que también pueden servir para propagar la «conciencia», cuando ésta existe. Los «intelectuales» (si es que quedan) y los Cientificos con conciencia de cualquier parte del mundo, especialmente los antropólogos, tienen un importante papel que hacer en la defensa ideológica de las Etno-Medicinas, para evitar que ocurra en el Tercer Mundo lo que ya ocurrió en el Primero: su extinción en la Memoria Histórica, con las consecuencias a medio y largo plazo a lo que ello daría lugar.

Desde Malinowski, un principio poderoso en Antropología ha sido que una cultura no debe juzgar a otra, que el relativismo metodológico es indispensable, que el antropólogo debe «adoptar la perspectiva del nativo», y que se deben respetar las percepciones y acciones locales de las culturas indígenas. Consideramos importante el desempeño que pueden tener los antropólogos (¡con conciencia!) en la defensa de las Etno-Medicinas y Fitoterapias, en los procesos de intermediación y conciliación con las autoridades y planificadores sanitarios con mentalidad tecno-médica, en la promoción de la tolerancia cultural que se requerirá para la constitución de los marcos legales, así como en el diseño y estructuración de los programas que se llevarán a cabo. Ellos pueden aportar la visión, metodología y técnicas de la antropología médica, y pueden sensibilizar hacia lo que significa vivir en la realidad y desde la perspectiva de los grupos indígenas, así como dar cuenta del impacto que tienen las acciones que sus practicantes emprenden.

Vivimos en un mundo único, global, indivisible. Si hemos comprendido, es nuestro deber moral el promover, aglutinar y apoyar a las organizaciones Etno-Médicas de cualquier parte del mundo en su lucha por la supervivencia frente a la creciente presión de las Multinacionales. Si las destruyen, nos habrán destruido: tendremos todos menos calidad, menos diversidad y, desde luego, menos salud. Si las salvamos... nos habremos salvado a nosotros mismos. No nos quepa duda.

Este ha sido nuestro objetivo, con este artículo de opinión, que quiere ser tambien de sensibilización. Cómo ayuda a este empeño, pedimos que lo traduzcáis, copiéis y propaguéis. O cualquier otro trabajo del mismo espíritu. Mandarnos, por favor, vuestras correcciones, aportaciones y opiniones a nuestra dirección de correo electrónica.

5.2.2.2. Los etnoterapeutas indígenas deben autodefenderse.

Según nuestro criterio, los médicos y terapeutas indígenas deberían asociarse y defender los ancestrales usos terapéuticos de los pueblos frente al neocolonialismo cultural y legislativo que ejercen las Multinacionales farmacéuticas. Cuando no lo puedan hacer abiertamente, deben hacerlo ocultamente, pero deben unirse y apoyarse entre ellos... deben recuperar el «Espíritu» que les aúna. Están en su derecho, están en su moral. Han de ir superando el desechable complejo de inferioridad (y silencio cómplice) frente a las obras y las pompas de la Tecno-Medicina del hombre blanco. Han de aglutinarse, han «conectarse» con el exterior y con quienes les pueden ayudar: han de escuchar y, cuando lo crean conveniente, han de hablar. De una forma u otra.

Han de comprender que ellos son no son el Primer Mundo, como el color azul no es el color amarillo. Los países del Tercer Mundo no son los países industrializados euroamericanos: sus necesidades, culturas y opciones a veces coinciden con las de ellos, pero muchas veces no; y por ello, desde que han sido nominalmente independientes deben resolver sus necesidades soberanamente, es decir, optando por los métodos y recursos que más les convienen (aunque no fueran industrializados) y comprándoselos a quienes les pareciese mejor (aunque no fueran productores del lejano Primer Mundo). Incluso equivocadamente, pues uno de los derechos de la soberanía e independencia es justamente ese: el derecho a no rendir «óptimamente» -según los criterios de los tecnócratas europeos-, el derecho a ser «retrasados», el derecho incluso a cometer «errores».

Según la antropóloga Marcela Costales, en su libro «Diagnóstico sobre el Desarrollo de Los Pueblos Indígenas en Nicaragua», «Mientras el nicaraguense perteneciente a las etnias indígenas no releve la personalidad propia y el papel político y social y, sobre todo, mientras no pierda el temor frente a su propia potencialidad ejerciendo sus capacidades internas, este hombre no saldrá adelante».


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