Aunque no nos oponemos (excepto en la financiación de los análisis), dudamos que en los productos naturales, usados desde hace siglos, sea necesario poner la composición; y dudamos que en los productos homeopáticos tenga sentido indicar la cantidad ponderal (los miligramos) de tal o cual «principio activo».

Sin embargo, hemos de reconocer que ni los sistemas orgánicos, ni el ser humano ni la Naturaleza están adaptados a las nuevas y eficientes moléculas químicas que sintetiza y quiere usar intensa y extensamente la Industria Farmacéutica, Veterinaria y Agroquímica. Por eso es lógico y es prudente exigir composición exacta y pruebas de seguridad (supervisadas por instituciones verdaderamente independientes) para medicamentos, productos industriales y pesticidas.

No estamos en contra de la ciencia y de técnica, aunque estamos en contra de la técnica imprudente y de la «ciencia» sin conciencia. Aunque nos oponemos a su prepotencia y a sus malos usos, nosotros no nos oponemos a la investigacion tecno-farmacéutica, y ni siquiera nos oponemos a la acción y el comercio de las Multinacionales: que identifiquen, purifiquen, modifiquen, sintetizen, patenten lo que quieran y que se enriquezcan lo que puedan, siempre que sea dentro de la ley (que, en nuestros países, será nuestra ley) y siempre que nos paguen los impuestos de sus beneficios.

Los africanos usaremos los productos modificados y sintetizados de las Multinacionales farmacéuticas cuando nos convenzan y lo estimemos conveniente, lo que sucede bastante a menudo. Pero no nos dejaremos avasallar ni engañar por ellas, ni por los funcionarios que les sean proclives: queremos libertad de ofertas sanitarias, libertad real de mercado y libertad de información y de elección, sin despreciar a nuestras ancestrales Etno-Medicinas, ni criminalizar a quién las practique o las use; queremos que no nos obliguen (vía indirecta gubernamental) a realizar sofisticados y caros tests que si son exigibles para las nuevas y puras moléculas de los tecno-fármacos, pero que no son exigibles de nuestras antiquísimas y conocidas Fitoterapias, que las Multinacionales farmacéuticas si pueden pagar, pero que nuestros etno-terapeutas no pueden costear.

Queremos nada mas que esto... ¡pero nada menos!.