Diario 16. Martes, 2 de octubre de 1984.

Según los investigadores cesados en la comisión epidemiológica.
«Es imposible que el aceite pueda ser la causa del síndrome tóxico».

Los doctores Javier Martínez Ruiz y María Jesús Clavera Ortiz, que el pasado viernes recibieron una comunicación adelantando su cese en la Comisión Epidemiológica del Síndrome Tóxico, acudieron ayer a su despacho como todos los días porque, según manifestaron a Diario 16, quieren continuar la investigación que están realizando y que comenzaron en el verano de 1983. Los doctores, disidentes de la tesis oficial sobre el síndrome tóxico, afirman que es imposible que el aceite pueda ser la causa.

Aurora Moya/Diario 16.

Los doctores María Jesús Clavera y Javier Martínez.
Los doctores María Jesús Clavera y Javier Martínez.

Madrid. Sobre su cese, ambos doctores son unánimes: «El tipo de investigación que realizamos era disidente de la tesis oficial. No es que pusiéramos en duda la versión del aceite tóxico y las tesis de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es que afirmamos que es imposible que la causa del síndrome haya sido cualquier tipo de aceite, incluido el de colza».

«Además, nosotros propugnamos que se abra en paralelo una nueva investigación sobre la hipótesis más verosímil, que es la del doctor Muro».

Antonio Muro Fernández Cavada.
Antonio Muro Fernández Cavada.

Esta afirmación la apoyan ambos doctores en dos cosas, según explicaron: «El estudio sobre los casos control realizados en 1981 en que aparece el factor consumo de ensalada como elemento discriminatorio individual entre afectados y sanos, cosa que no ocurre nunca con el aceite cuya asociación es simplemente familiar».

Sobre la hipótesis del doctor Muro, Javier Martínez y María Jesús Clavera explicaron que «nosotros hemos examinado preliminarmente las investigaciones epidemiológicas experimentales y terapéuticas realizadas por este doctor, y nos parecen extraordinariamente verosímiles y dignas de ser comprobadas a fondo».

World Health Organization (WHO).Sobre la OMS.

«En cuanto a las tres afirmaciones sobre las que se basó la OMS para inculpar al aceite, podemos decir que no son ciertas: Cuando dijeron que la curva general de incidencia de la enfermedad desciende a raíz del anuncio, por televisión, de que no se consuma aceite, no es así. La enfermedad desciende antes, como fenómeno independiente a este anuncio».

«Los circuitos de distribución del aceite «sospechoso» no coinciden con la extensión geográfica de la epidemia, como dijo la OMS. Después de ocho meses de investigación podemos afirmar que es rotundamente falso. Y la última afirmación acerca de que el estudio sobre nueve casos control prueban la asociación familiar individual y la dosis-efecto, consecuencia del aceite, con la aparición de enfermos, es también falsa. Después de examinar seis casos control, que hemos podido conseguir, constatamos únicamente una asociación familiar no causal, eso hay que subrayarlo, y espúrea, (engañosa)».

Añaden además los doctores que el resto de las comprobaciones que suelen realizarse, como los análisis toxicológicos y el bioensayo o experimentación animal, «han demostrado que no se establece la relación de toxicidad experimental con animales y, más aún, que no existe relación causal con la ingestión del aceite y la enfermedad».

Frente a esto, según los dos investigadores: «La investigación del doctor Muro cumple con los anteriores puntos, con la relación espacio temporal e individual entre el hábito de consumir ensaladas y tomates y la aparición de la enfermedad. Y los experimentos animales preliminares realizados en Majadahonda y en el Instituto Toxicológico dan resultados muy correspondientes con la enfermedad».

Razones del cese.

El domingo 30 de septiembre de 1983 cesaba la directora de la citada comisión, Susana Sanz. Dos días antes se comunicaba su cese a Javier Martínez y María Jesús Clavera. Previamente habían presentado la renuncia o solicitado traslados los otros tres vocales de la comisión. Las razones del cese oficialmente son, según ambos científicos, que se desmantelaba la comisión al presentar su renuncia la directora.

Lo que les notificó la presidente del Plan Nacional, Carmen Salanueva, es que «nos lo habíamos buscado, que era un cese arrastrado desde que en mayo presentamos nuestro informe a la Fiscalía y el Juzgado, a raíz de una citación. Que ella había parado otros intentos de cese y que el último no había sido posible detenerlo».

Por su parte, los dos afectados mantienen que «somos los únicos efectivamente cesados, dado que el resto de vocales había dimitido o renunciado por asuntos propios, y consideramos nuestro deber continuar».

«En estos momentos estábamos haciendo comentarios críticos de los estudios de caso control, instados por la OMS, para su discusión en la reunión de diciembre. Estos trabajos quedan interrumpidos, incumpliendo las recomendaciones de la OMS y sin pronunciamiento los peritajes judiciales pedidos a la directora de la comisión sobre la verosimilitud de la investigación del doctor Muro».

Lo más grave es también, según los doctores, que «se apaga cualquier tipo de pluralismo científico». Los doctores realizan, asimismo, una serie de denuncias: «Se está intentando confundir a la opinión pública hablando de una asociación con el aceite y la enfermedad que nadie pone en duda, pero que el oyente interpreta como causal. Todas las declaraciones de los comités encargados de la investigación en la OMS inducen a error sobre esta base, porque hacen creer a la opinión pública y a los políticos que existe causalidad. Se utiliza el prestigio de esta institución para dar credibilidad a la hipótesis oficial y excluir las pertinentes hipótesis alternativas».

Sobre lo que supone esta alternativa, los doctores afirman que «implica la intervención de una multinacional, de fuertes indemnizaciones. Implica el reordenamiento del control sanitario del sector agroquímico y de su sistema de experimentación, así como e1 apropiamiento innecesario como verdad oficial de una hipótesis científica provisional que ha involucrado el prestigio y la autoridad de instituciones administrativas, judiciales y científicas que inicialmente se pronunciaron y cuyo descrédito a estas alturas es transformado en un drama nacional».


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